lunes, 31 de diciembre de 2007

Redondeando...

Redondeo las puntas de este tórrido año
Si no se clavarán en mi cuello mortales
Y lloro su partida, su paso descuidado
Y pretendo mudarme en el tiempo, y salto.
Danzo como los jóvenes en las líquidas fiestas,
Inundadas en grandes charcos de alcohol,
Danzo como danza mi generación, dejándose
Absoluta, perdida, ingrata entre la tierra.
Hacia el próximo año me desvelo y espero
Una noche gigante fundida con el día
Así el tiempo une los años; así el tiempo,
Borra mis heridas aplastándolo todo.
¡Qué momentos llevaste! ¡Qué grande personaje!
¡Que la vida te llevas! Los días inestables
Y el tiempo mejorando y el viento leve
Y las tardes de infierno de mil grados.
Asume que te dejo un gramo de desquicio
Que ya me está pesando en mi cabeza vana,
Locura deformante de la realidad, me halla,
Redondeando los años, redondeando.
Bajo el tren que acaricio bajo mis dedos,
La próxima estación es más que el verano,
Es una habitación enorme, gigantesca
Y en mi cabeza nada, montones de desquicio,
Hombrecitos peleándose el destino de un grito
discutiendo tanto hasta llegar al odio,
no hay paz como en las noches de lugares de juegos
donde se toman tragos y se apuestan las sombras,
redondeo ya, ahora, que me duermo
y luego vivo el tramo de este céntrico año.
Me despido de todos, los hermanos de vida,
Los abrazo muy cálido como este día
En fuegos quedaremos todos unidos
En lo esencial que es de todo lo amado,
Lo mejor, la pureza, la verdadera hierba
Del verano que huye, el auténtico amor.

Feliz año, mucho 2008... que sea bueno!!!

Incertidumbre.

Acaricio incierto este final como cuando miro
una película buena que me atrae en verdad
Y no sé como termina y me intriga mucho
Y expectante miro y expectante siento.
Acaricio este final y no sé,
Cuál es ni como es aunque es cierto,
Sobre mí es la trama, lo veo,
Pero ya no sé del argumento mío,
Por eso no sé como termina este año.
Lo sabré en los últimos minutos,
Lo sabré cuando se cierre
Y levante una copa por el aire, y brindemos.
Añito te me fuiste casi, lento como el verano,
¡Mi sintético amigo! ¡Mi tiempo abrasador!
Pecador, jugador, apostador de tu alma,
Te esconderás en alguna nube rugosa
Y en la noche bruna nos dirás cuánto fuimos.
De vos los sucesos ocurrieron
Animando las mentes impotentes de vida,
Barriendo las calles, tomando decisiones,
Fuiste como una pequeña condena de gobierno,
Mi fondo, mi movimiento, mi noche.
Dentro tuyo los meses se quebraron en días,
Dentro tuyo estuve muy alto entre almas
montañosas y pobres, profundamente amables,
Dentro tuyo hice muchas fotocopias vacías.
Dentro tuyo mis manos se quedaron negras.
Te escribí, te quise, te sentí,
Más vos año, no fuiste del todo bueno.
Escribe como quieras el final,
Te dejo para vos ese afán, yo vivo.
Y en los meses, quise, año entero,
Y mucho, mucho dí.
Escribe como quieras, terminarás.
Año que me encendiste los ojos
Me queda lo mejor dentro mío.
Año que me encontraste en soledad,
Año entero, un año más,
Entre los que huyen, entre los muertos
Mayos, abriles; entre los que viven,
Entre los que te hacen pasar,

a ser otro te vas pero mucho dejás,
Adiós te digo y celebro tu muerte.

viernes, 28 de diciembre de 2007

Sabio silencioso






A Walt Whitman


Escucho ¡oh! Mundo,

Sabio silencioso,

Tu voz muda me responde,

Sorda soy.

Mis sueños de viento

Con ojos cerrados esperan.

Escucho todo lo mudo

Lo milenario me envuelve,

Lo eterno me forma.


Libero la mente

Y soy el silencio del desayuno de sol

Me expando y soy vos

Que te sentás a mi lado en la vereda

Esperando al cigarrillo consumirse,

Sintiendo el viento del futuro que somos.

Sabés lo que sé...

Sentís al mundo como yo.

Permeada por el universo,

Cólico de los individualistas,

Aceptás tu lugar en el molino universal

Pero te expandís siempre.

Volamos con el viento

Hacia aquel pasado

en el que en la calle vivíamos

Y rechazamos al indolente abandónico.

Escucho tu voz ¡oh! Mundo.


Hoy y ahora el calor seca mi humedad

Empieza la zafra dorada

Y soy la semilla que dejo caer,

La briza que me dobla,

Los gritos de los campesinos

Y, de nuevo, silencio:

Canto de roce perpetuo,

Esperando transformarme en lo que ya soy.

Mensaje de fin de año

Madres de hijos
Abuelas de nietos
memoria del pueblo
acción de los dotados
mentira de los necios
muerte de los asesinos
carcel a los culpables

Durante este año que termina fui juntando caca de todos. Colgué todos los soretes en la pared para una muestra de festejo de fin de año ¡Ay, chicos! ¡si vieran lo lindo que quedó! ¡si vieran la cantidad de marrones que hay!

Por supuesto, el año que viene me depara muchos éxitos, como siempre. Pero el 2008 es especial: año Rata. Yo soy rata y el horóscopo me augura mucha actividad y concreción de proyectos. A todos los ratas: ¡felicitaciones! Al resto de los animalitos: ¡Felicitaciones, también! La rata es pura energía, así que será un año tremendo para todos. Como todos saben: un año nuevo significa nuevas oportunidades, y esto se cumple allways.

2007 fue un año que nos anticipó más patentemente, por un lado, el fin del mundo, y por otro, la esperanza de una América latina nueva que continúa siendo oprimida y también manipulada por la CIA a través de maniobras de desestabilización de los gobiernos populares con mentiras sobre terroristas y valijas e incentivo a separatistas de la medialuna., pero ¡a no dejarse engañar!

Por último: Piedad a los animalitos y a los idiotas: ¡prohibición de la venta libre de pirotecnia, ya!

Nochecita

Vi a las cortinas respirar

Después a la gente sembrar botellas,

A las esquirlas saltar

Y sangrarte los ojos.

Pensé en límites,

En deseos seguidos de frustraciones.

Alimenté mi ego blanco para no caer

Alimenté mi cuerpo verde por ansiedad

Vi peinados exóticos

(muchos de ellos)

y personas a las que no quería saludar

hablé hasta derrochar incongruencias

olí al eucalipto emanarse.

Salvé a varias personas de un triste destino:

Esperar y esperar...

Empecé a sentir que avanzaba.

Eras, sos, y serás...


Muerte sos pero vida creás

Pues sos la materia que respiro

Sos energía en árboles y plantas


Te me fuiste como en las manos el agua

Te transformaste como en tus manos la masa

Eras dulce consejera

Das ahora bellas criaturas


Temo olvidar algo de vos

(si es que todavía eso no ocurrió)

que seas vida en otras vidas, produce alivio

pero muerte en la mía, añoranza


la más mística opción me recompone

pero más fuerza tiene el que te extrañe:

¡no te veo en el aire!

¡no me hablan las hojas o bacterias!

¿dónde estás bobe mía?



Imagen: Mis abuelos y yo

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Mañana jujeña.

El cielo está cerca
entra a las cumbres
plenas de color.
Y lo alto es
como estar
tocándolo todo
y como llegar
a la cima del mundo.
No se sabe
qué misterios
sembraron en tantos
años desastrosos
los hombres de aquí.
Y parte de sus cuerpos
aún reside
para vigilar los sueños
de los que viven.
Un canto de campanas
de una iglesia,
y ruidos suaves
en una paz estrepitosa
me sacuden el alma.
Y la madrugada es magia,
dulzura, tierra,
la madrugada es pasado
pero lento,
y revive lo bueno
cuando cantan
al amanecer los pájaros
y comemos el pan.
Y se sabe que lo hermoso
está en este lugar.

Sucia mugre.

Suciedad
Alma sucia, tonto reparo
Suciedad hasta en el tiempo
Hasta en el huequillo menos notable.
Motas de pelusa vuelan por la casa
Para el escobillón que descansa sin mis manos.
Para barrer la mugre debería hablar
Brotar del silencio la limpieza
Fatigar el corazón de tierra
Pisarla descalza y desalmada.
Lo sucio del parque en la tarde,
Un cenicero plagado de oscuridad,
Suciedad en la calle
Cuando salgo y entro y me quiebro.
Alma desastre, amparo poco cuidadoso
Suciedad,
No se ve de tanta suciedad.

Versos.

El verbo,
Dentro del verso
Dentro de las gotas,
Lo sé así.
Mi letra distinta, desteñida,
Mi alma rota.
El verbo
Que dice tiempos
De un verbo dentro de otro
Como dentro del decir
Está el nombrar.
Nombrarte
Y dentro del nombre,
(dentro tuyo),
Los instintos verdes
Vuelven a ser.
Nombrarte es el paraíso
Los sueños,
Aquel país que soñé
Viviendo el mío.
Un verso, solo uno,
Dentro mi sustancia
Y dentro el ente
Y más adentro yo.
Así lo sé,
Mis cambios,
Una críptica danza.
El verso
Tan utópico alivio
Y adentro el corazón.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Los días que pasan.

Qué extraño aire de sustancioso día
Hasta las ocho de la mañana pensando alma
Hasta que se secan las ideas y vuelan,

un día en casa, rareza día sin mates
Caminando por el trapo rejilla.
Y día que untado se multiplica.
Pero los asuntos pasarán uno a uno
Y nada nada nada se escapará.
Qué días de debates, ¡días orden!,
Días de iremos o no iremos.
Unos días sin rostros, pegajosos,
Unos días de cambio, asombrados.
Qué días desgastados, circulosos
Por dónde pasan tristes melodías.
Qué días, pesi días, ¡días negros!
Caminando, danzando hacia el fin de año.
Qué días murmurados, días perros
Y qué días para amar y ser eternos.
Qué días dónde duermo en la dicha
Qué días, grandes días ¡días buenos!
Andando, correteando desnudos.
Qué días de bailes, de canciones,
De atención, de viento, de traiciones,
Qué días de sentirse miseria.
Qué días deliciosos, días puerta,
Que días, perro días, días niebla,
Sin saber si se abren o se cierran.
Y días mordisqueándose un hueso
Y días de dos pavas y de fuego,
Yo estoy sentada acá con mate amargo,
Y tras de mí pasan días enteros.

Poema encierro.

Me he quedado encerrada en el poema
De estas letras tan negras y perfectas,
¿Quién puede tenderme una mano?
Porque todo lo que pienso aquí se asienta.
Ya no son los avatares de los seres,
Ni los cordones que estoy siempre atando,
Ni los rincones oscuros de la casa,
Ni sus ojos, hermosamente fríos,
es todo, toda la cosquilla de mi alma.
Es todo el polvo que vuela certero,
Son las pesadillas, los sueños inconfesables,
Es del raciocinio, el frustrado intento
De hilar redes que soporten la bruma.
Es la mirada intensa de él, es el río
Que tanto ansío tocar un día bueno.
Es el decrépito portero, es la avenida bestial
Y las personas más frívolas que existen.
Es de donde ya no puedo salir, es fuego
Donde me voy consumiendo con el tiempo,
Es el sin cesar de las palabras que dicen,
Es el único camino hacia lo eterno.
Por eso creo que es, qué incauto,
Pequeña, frágil caja de contradicciones
Es la celda donde más libre puedo ser,
¿Quién me daría ahora la mano?
Desde aquí lo digo, desde el encierro,
Con estas letras exactas y oscuras.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Mi nombre en clave es JONAS

Mi nombre en clave es Jonas
Para quién quiera descifrarlo
Pinocho abandonado
After hour
After circo
After Gepeto

Un grito
Inaudito
Elijo mi propia aventura
Y sobre el final
Alegres perderemos
Por la pura desesperanza de esperar un final tristísimo

Incrédulo.
Fatigadamente por las calles de Ninive
Respiro con dificultad mi creencia
La misión
Y el peso a cuestas
Luego huyo


Soy las maldiciones
Luego
Me cuelgo una cadenita bañada en oro
Que me ata o me desata, no interpreto…

Me lamento bajo un arbolito

Luego
Personalmente
llama al teléfono Jesucristo

Ahora
Mi nombre en clave es: Cordero

Y algún día la Ballena habitará junto al Cordero
Y habrá Paz en Temaikén y en Mundo Marino.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Me duele.

No comprenden las teclas ni el tacto
Cuánto duele.
Ni los espacios del reloj ni los pulsos.
Este dolor mecánico, inmundo, corporal,
Que no deja ni que cierre los ojos.
Como siento tanto, no sé,
No comprenden las tardes, no lo hacen.
Y a su lado, ¡Qué diminutas son mis penas!
Por amar, por ese ser que no me ama.
No comprenden ni vos tampoco comprendes
Porque no sólo es incomprensible lo del alma.
No comprenden como siento el ardor
Y arder quisiera ¡Sí! ¡En el infierno!
No comprenden las células, mi piel,
¡Ah! ¡Sí! Mi propia piel hecha pedazos.
Yo tampoco comprendo es cierto es cierto,
Cuelga desde las nubes desde lo alto,
Hasta mis entrañas muy profundo dentro.
Este dolor perpetuo, enorme, criminal
Que desciende perfecto, verdugo.
Clavado en mí dolorido ser doblado
Bien quisiera ser presa del tren que pasa,
Bien lo deseo aunque este dolor así,
Tan real y macizo no lo comprende nadie.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Media Res ::: Breake On*

Pensé que pasaba al otro lado
Al lado de las convenciones
Y el abismo dentro mío, a cerrase iba
Al menos un poquito…
Algo de alivio
Esperanza de alivio
Me equivoco
Cuánto…!
Si…

Como las llagas de Cristo
Esta dibujado en mí, el paso de los días
El mapa de mi cuerpo
En los frentes de batalla

Agazapando pasos
De algún alma en servicio.

El impulso, el amorío

Los fracasos
Rebalsando
Mis brazos de fracasos

Bajo su peso, aplastado.

A quién puede amar un cuerpo
Lacerado, herido
Una media res que crece
Monstruosamente
Antinaturalmente
Eso es lo que he sido

Putrefacta al tiempo

En el desierto
Entre almas viejas
Soplando el Espíritu
Vos todavía tan nuevo

La llave de todos los reinos.

Mi ternero

Ahora nuevo,
Ahora seco

Increpar con esmero…
Mi ternero…
Oh…mi ternero.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Orden adentro y afuera.

Puse cada una de las cosas en su sitio
Los papeles son cada vez más, son tantos
que harían una montaña, blanca
Y si volaran invadirían todo el cuarto.
La ventana abierta trae tarde
Hay cosas mezcladas en el desorden,
A veces es mucho mejor así
Todo unido sin sentido de ser, no lo tiene
No es ni malo ni esperable.
Exploro los despojos de la mesa
Hay hebillas, anillos y un papel escrito,
Cuadernos, revistas, lapiceras azules
Y una inútil y agotada agenda.
Hay volantes que me dieron por la calle
Que tome distraída, amable,
Hay eventos por delante, hay fotografías
Hay ciudad hasta en las ganchos.
Hoy se hizo de noche haciendo orden
Y parece todo más claro, la precisión de lo ubicado
Donde debe realmente estar.
Y la ciudad igual quedó afuera pero más nítida
Casi como una postal.

Vivencia.

Vago en la quietud.
El tiempo silencioso
y virtuoso refleja impune
una época inconcebible.
Notas de unas cuerdas
cuentan una tarde en la calle,
un calor imposible, temeroso
desconfía de mí incrédulo
de que esté viviendo.
Y por la ventana entran
propuestas vacías.
Mis manos tocan letras,
pero no deciden,
dejan, solo dejan
y se celebran en crear.
Mis manos no sostienen nada
pasa extasiado
un civil caminante
detrás de un manto pantanoso
y se cree existencia.
Y tan solo vivo
riquezas ajenas miro de reojo
a quienes van
a quienes les va bien
en el injusto tiempo.
Reflexión, sobre la escasez
de la ambición.
Sobre la nada.
Y pese a todo, parece
que todo está bien.
Como un convencimiento.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Traigo el destino encomendado


Dragón sol
Inmenso espejo
Me veo a mí misma
Mi pasado
Entre nubes de nieves
Nieves de nubes,
Me revelan secretos,
Figuras del futuro
Un cóndor y un corazón
Recibo sobrecogida
Todos tus regalos
La presencia misma.

martes, 30 de octubre de 2007

Playa nocturna.

Tanto enloquecer tanto en los noches,
Sobre todo en las noches extendidas
En gruesas alfombrillas afelpadas,
Sobre todo en las noches resfriadas
Que parten hacia un frío otoño.
Tanto renegar con el sueño
Parten disparan hacia adelante.
No se detienen las noches infinitas
Infinillas infantes, locas.
Así como el sol puede esconderse a veces
¿Podrían detenerse para mirarme?
¿podrían deshacerse en insultos
y desahogar todo su odio insensato?
Por estas nochecillas, no sean locas
Extraviadas en remota oscuridad
En medio de turbias confusiones.
Y de equívocos pesares quebrados,
Ya sé palpo esta piedra sencilla
Y desearía que así fuese mi alma.
Por estas nochecillas voy corriendo
Hacia la oscuridad, en la oscuridad.
Y les pido unas cosquillas al alma
Y les pido unas luces en los ojos
Para encontrar tranquila una tarde
un lugar en las sombras.
Para encontrar con calma en la arena
Un sitio entre las tristes sombrillas.

martes, 16 de octubre de 2007

Aléjate.

Mantente lejano
Deposita en los hornos tu miseria
Por más ruidosa que sea la calle no siente
Y no posee la vida.
Mantente siniestro
Poco ingenuo, velando
Por tus sueños incinerados.
No soportes sufrir en el mantenimiento.
Inquietud, soberbia,
Mucha ruina.
Más alejado que el azul del horizonte,
Tranquilo, bello, elevado,
Allá, tan allá, más allá
De las ruinas.
Mantente lejano de la palabrería,
De los incapaces de cocinarse
Y lejos más aún del estertor,
De la agonía, del odio,
De lo urbano.
Ruinas sedosas de glamour
Perfecto rostro,
Hígado arruinado, compartido.
Hervirán, todos hervirán,
Pero tú lejos estarás.

Ya pasó.

Ya lo vi esto ya lo vi,
Lo escuché, lo dije, lo sentí.
Ya todo está vivido
Todo,
No hay más que darse cuenta.
Son ecos, son hondas resonancias,
Son despojos de fotocopias,
Son vaciedades eternas
Muy eternas; más espejas
Más sufres,
Por desear ser, por anhelar,
Revolver, ahondar entre lo dado,
Estremecer de ansias por ser alguien.
Pero ya lo viste, lo oíste,
Lo percibo,
Y siento tu leve desmoronamiento.
Y el mío, no más original que el tuyo,
Hundámonos,
Pero busquemos de nuevo.

martes, 25 de septiembre de 2007

Frutos.

Lo que han sacado lo vuelve dar
Vuelvo a funcionar como lo hace la radio
Cuando una manos blancas la encienden
Y comienza a cantar en medio de la tarde.
Más no puede ser, más no puede dar,
A veces sé que se consumen miedos
Y temo que me agrada saberme desdichada.
En los caminos de la casa pierdo
el conocimiento máximo, infinito.
Quisiera saber cuánto puedo dar y exprimirme
hasta el fin de los llantos como un cítrico fresco.
Pero todo da, me vuelve la mirada
La atención, la palabra, la certeza.
Y también me revuelca en la conciencia
Hasta deleitarse con lo que encuentra, tan cierto
como la luz aquí a mi lado,
Una avalancha luminosa de oscuridad
Que envuelve las manos cuando escribo, así,
Y el alma ya no está condenada.
Es mi única forma de saciarme y ser,
la eternidad, los tristes astros, el aire
que respiro tiernamente y celebro,
Que se vuela fulero y hermoso.

La nada del hombre nada.


Para qué tanto andar en el desierto
Desastroso de tu alma borrosa,
Para qué de la arena tener pena
Si es tan fuerte como los rayos.
Hombre nada, negado del sol
La marcha se sostendrá en el oasis
Y solo el horizonte podrá juzgarnos.
Voy sin ojos cansada, en sombra
Voy partiendo siempre partiendo.
No te voy a decir nunca adiós
Porque si lo hago no tengo nada.
Lo veo así acostada en la arena
Lo veo en el despoblado cielo,
Sé que es para nada en la nada
Se que no estarás, nunca estarás.
Hombre desierto, sí, he quedado
En el tiempo, en la arena, en tu voz,
Son años que pasaron enteros
Por donde voy cansada, vencida,
Por ahora sin rumbos ni horizontes,
Y uniendo la nada con la nada,
Y para qué no sé, para nada
O quizás para poder sentir algo.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Pobre material.

En el descanso de la noche sola
Donde me siento con ingenuidad
Mis huesos todos encadenados,
Apresados, enhiestos, apocados, se anudan
Y con un andar enjuto me marcho hacia a luna
A preguntar por qué mi espíritu se ha ido.
Parecen inocentes, enfermos, incapaces
De pensar que una luna revelara
Un misterio tan frágil y tan comprometido
Que no lo sabría ni el más sabio hombre.
¿Por qué solo soy tacto, por qué solo soy carne
Y un hedor funesto que trasfunda los días,
Y se funde a la noche, en sus cimientos,
Y se acapara largos infernales momentos?
¿Por qué tan solo vivo de refrescos y vino?
¿Por qué soy una piedra, por qué humo respiro?
¿Y por qué sin saberlo me fundí en el subsuelo
Como quién de la nada horadara la tierra?
Eso nadie lo sabe, ¿dónde está?, ¿quién lo tiene?
¿Quién posee de poder tamaña envergadura?
¿Qué espacio ocupa si ocupa, pobrecillo,
Un espíritu vagando por la bruma?
En estos huesos sostengo mi consuelo,
En estos los únicos sostenes en tiempos
Tan amargos y lisos, tan duros como el tronco,
En estos los cimientos de un cuerpo transparente,
De pavor desalmado, de piedra enmudecido
Desalmado, mediocre, repulsivo y dormido.

martes, 28 de agosto de 2007

Me voy.

Entre la penumbra
imagino que muero
y que alguien me viene a buscar
y me deleita la idea de pensarlo.
Imagino que sin fin dormiré
y abrigo el viento
con mi sopor mortal de fuego.
Entre la penumbra oigo pasos,
Me doy cuenta es a mí quién buscan.
Se hace silencio entonces
La hora llega.

Desplegada bestia.


A lo alto de las brazas se extiende el viento,
En inmunda revolución se arremolina,
Parece el cabello mío al despertarme
Y estrella brusco un cúmulo de aire en la mitad.

Como son de fuego frágil, llevadero,
Se hace melodías inmemorables
Como un son, un son conocido
Y canta sin parar y bella el alma.

Se ha aparecido un monstruo elevado,
Al menos como yo lo imaginaba
Y es triste, y moviliza el aire,
Allí arriba danza como una bestia.

La mitad de mi vida me arrebata,
Detesto el espécimen enmohecido,
Se hace cantos, brumas rotas,
Se quiebra de brisa y de llanto.

No sé del tacto de esta llama
Que en mi alma abisma, rojizo,
Una humareda que tapa el cielo
Y todo, todo lo oscurece.

A lo alto se escuda el lado gris,
Se hace sonar, se nutre. Se deshace
Justo de mi ser en la mitad,
Cae todo desde lo alto, y aúlla.

sábado, 18 de agosto de 2007

Y mis huesos.


Me he dejado los huesos en el puente,
Entreabro los ojos un minuto
Un minuto más largo que Dios.
¿O me ha dejado a mí a mi soporte?
He desecho vínculos con la vida,
he ofendido, a los troncos he molido.
Y no encuentro los huesos, no los hallo,
El puente está amurado y desierto.
Soy tan blanda ahora, qué cansancio,
Mi esqueleto anticuado ha partido.
Y entre los arterias de la ciudad ando
Ando revisando los rincones,
Los buzones, los cestos, los umbrales,
Las bolsas, los canteros, hasta los cables,
Las carteras, los baúles de los autos,
Las vidrieras, los carros, los vigilantes,
Los balcones tan altos como el sol,
Entre sus enrejados panoramas y plantas.
Los camiones, los andenes del subte,
Las vías, los puestos de grises diarios.
He indagado hasta en las comisarías
Si los han visto por los patrulleros.
Le he preguntado al señor de la cochera.
Pero no están, no están por ningún lado
Y desconozco quien pueda quererlos,
Unos huesos gastados, doloridos,
Incapaces de estar más que en mi pote.
Cuánto daría ahora por erguirme.
Aunque sea tan solo el esternón,
O el omóplato solo, las costillas,
O el tarso, el metatarso, al menos,
Que sin ellos soy ser de gelatina
Sin sostén a mi cordura, sin andamio.
Sin frontal, ni temporal, sin nada
Pobres migajas soy, sin vida,
He recorrido la ciudad entera y no hay
nadie que haya visto mis falanges.
Así que al fin me iré soñando,
Que ya ni mis órganos se sostienen.
Si sueño que en astrágalo piso,
Si sueño que la rótula tengo,
Serán los recuerdos de mi hombre vida,
Serán los despojos de mi andar terrestre.
Porque ahora partiré por el puente
Con extraño talante de la deformidad.



viernes, 10 de agosto de 2007

Adiós.

En la espera
De una agonía
Ya no son sustos,
Solo queda una larga espera.
Te vi agotada.
Acotada respiración que huye,
Desmayada en letargo
Como adormecida,
Como preparada,
Como un solitario hombre que espera el tren.
Pasan las horas,
Pasa un siglo
Y nada hay por hacer
Ni sé a que dios pedirle por tu alma,
Ni sé como tendrá el espacio
No sé como te recibirá,
No sé si no te dije adiós hace tiempo,
No sé si no me siento una ingrata,
Pasa el tiempo, sí que pasa
Y yo también me siento tan años.
Falta aire, falta corazón, faltan noches
En donde posarme calmada en las nubes
De un hermoso cielo.
Si no hay dioses que vengan a buscarte,

al menos espero, duerme en paz.

jueves, 9 de agosto de 2007

aún no entiendo la continuidad
y anhelo tener todo resuelto en partes
para tranquila respirar una de ellas
y asentir más segura que el ayer.
Y no entiendo que no pueda, tosca
Derribar el castillo, en el cual los ecos
De un rudo desquicio, causan pena.
Y se entrega este reverbero
A posarse en los ratos y las sombras.
Y no puedo alcanzar y no me alcanza.
Me traspasa el filo de la calle
El vecino odio, el tránsito embustero
Del día del que no entiendo la continuidad.
Aún no se comprender un ser vidrioso
Unas botellas que estallan fuera,
unas astillas clavadas en mi vientre.
Y anhelo tanto que todo esté a mi alcance
parte por parte, descifrado
Entre el frío rumor de los peatones
que mientras me parto caminan

sábado, 4 de agosto de 2007

Teclas.

Pálido teclado extenuante
No te aflijas ser de humo transparente
Te oprimo como el diablo al pobre hombre
Que pide piedad quieto.
En tu cuerpo, juegan mis manos
A que son de crear unas almas
A que están contentas, y manso
Te quedás mientras un rato ríen.
Te pulso ser de calma infinita
y como a un amante fiel te confieso
En la palidez de vos tuve
La claridad de la mañana.
Extraño ser de docilidad remota
De falsa clemencia, de voces
Me invado en la nocturna
Fiesta sin colores ni música.
No preocupes si por hoy te dejo
No te halles solo sin mi tacto.
Pálido ser hasta siempre
Ahora la noche me espera.

viernes, 27 de julio de 2007

Olas en mi cabeza.

Pensante ola, danzante en el espacio
Miro de reojo al beso vivo
Me guardo el tiempo.
Quisiera pedirte un manto
Y abrigar mis pupilas silenciosas
Quisiera pedirte caminos hacia el umbral...
Solamente un segundo diminuto
Quisiera pedirte la muerte
Y sumergirme feliz en el sepulcro
Lleno de signos, de augurios.
Y sería fin hasta explotar los labios.
Quisiera pedirte entera tu vida
Tu dulce serenata, tu silencio.
Quisiera mucho más que amarte
Quisiera enmudecerme dentro tuyo.
Así pensado en el oleaje, donde quisiera
Perderte, así, desde allí donde miro
Los recuerdos y deseo.

En mitad.

Año mitad
Esperaste mucho,
Como los sueños de los jóvenes,
Como mis utópicos pasos,
Las tardes vacías ¿fueron año?
Mi alma triste es parte muy tuya,
Tanto vagó por tus instantes.
Medio año
Celoso de otros,
De cosas que llegaron tarde,
De imbecilidad repleto,
De inutilidad enfermo.
La noche es llama
Y voy a atravesarla desnuda.
Tanto vagué segundo a segundo
Siguiéndote a vos, ingrato,
Hace años...
No tengo más tiempo, año,
Que vivís de aniquilamiento,
Que te sobran raíces,
A mí no me corras, no me apartes,
Año mitad
Te hará completo el viento cada día.

lunes, 16 de julio de 2007

Al llegar a casa...

Dónde más pueda mentir un poco
Cuando ya tantas cosas han pasado
Diré mejor sólo decir un poco
Para no tener así tanto silencio…
Mis manos duras revelan lo misterioso
quisieran ser mucho más, se desahogan.
En los rincones de casa, en las pequeñas cosas de invierno,
En las letras más sencillas que tuve ocasión de disfrutar,
En la agonía de sufrir mi ignorancia,
Se refugian hoy mis dulces palabras.
Qué extrañas suenan ellas y viven.
Un mundo que hallo siniestro y divertido,
Una humareda de noche sonante,
Los ojos de mi almohada ríen al llegar
Y al sacudir mi cabeza en ella soy feliz.
Cada cosa en la tarde, hasta los copos de nieve,
Me parecen poesías y delirio disperso.
Al arribar a mi almohada que ríe de mí
Y me sostiene espumosa en larga carcajada
Puedo ver tu rostro al cerrar los ojos
Y soy contempladora de tu inmensa sonrisa,
Y aunque tan observada estoy dentro mío,
en mi mente siento un abrumoso placer
en esos ojos donde clavo mi sueño.

viernes, 6 de julio de 2007

la abuela respiraba en el semi cementerio

DESPUÉS DE LA CONSUMACIÓN
LA RABBIA
EL SR. ACATTONE ES MALO COMO INE
COMO LOS PREÁMBULOS , LO CONSTITUÍDO
ODIO! ODIO! OÍDO...
ATENCIÓN
A SABER QUÉ, QUÉ EXACTAMENTE BUSCO SI ESCUCHO
SI AFINO SI BUSCO SUTILMENTE EN EL MÍNIMO MÍNIMO INTERSTICIO
SONSACAR ESTA SENSACIÓN DE EJÉRCITO SOBREAGRUPADO
DE CÉLULA SUPRA ALINEADA
ENCAPSULADA
CRISTALIZADA EN UNA NO RENOVACIÓN
MÁS ODIO .

SON LA FALTA DE IDEAS LO QUE ME REMUERDE
Y LAS QUE MOJAN LA PUNTA DE MI LÁTIGO
LA FALTA DE SENTIDO DE LA OPERANCIA
LA FALTA DE LUBRICACIÓN
LA SOBRA DE HOMOGENEIDAD
EL MANTO QUE CUBRE
EL DISFRAz DE ELLA MISMA

TU NOVIO MI MUCHACHITO
QUIERO LASTIMAR ESTE ORDEN
REVOLUCIONANDO EN MÍ PARA NOS.
ESTE CUERO TENSADO PULIDO Y TEDIOSO

VAMOS ABURRIDOS !
UDS. COMO YO
PUEDEN ROMPERSE LAS MEDIAS DE ESTUPOR
REBALSAR LAS CALLES
DE LA MASACRADA INOCENCIA

DESPUÉS DE LA CONSUMACIÓN
LOS PEQUEÑOS BALCONES DE DECADENCIA Y RELAJO
VOMITANDO COTILLONES COTIDIANOS
DE MEDIOCRIDAD Y DAÑO.

martes, 3 de julio de 2007

El té.

Tomo un sorbo de té para mi cansada garganta.
Otra vez, el frío carcome mi pecho.
Que frío pecho, que frío afuera.
Pero ahora afuera no existe.
Hay voces que cantan tiritando…
Y yo voy de mentira en mentira
Descubriendo donde encuentro lo mejor, tal vez,
Revolviendo basura.
Y otro té más y más y más té,
Este invierno es el tedio, la desdicha,
Es un sin cesar desgraciado.
Es un nudo en la garganta.
Pero lo mejor es que en el congelar del alma
Las sienes se retuercen hasta tiritar
Del frío, el duro frío…
Y este té que tomo es como un alivio
Y deseo tanto más descansar en la calma de este sorbo.
Este sorbo es tan cálido como sus caricias,
Tan necesario como lo fueron sus manos.
El té de la noche es como una calma infinita,
La vuelve sosegada, adormecida,
Y el invierno entonces, no es cierto.
Otra vez deseo tomarlo y mucho silencio,
Con la delicia en mi garganta, baja,
Cierro los ojos, es un té verde, un té loco,
y el frío se marcha lejos…

viernes, 22 de junio de 2007

Lacriño.

Una vez instalado se sentó sobre la cama, acarició la almohada y miró al techo. Era muy alto y entre la parte superior de la ventana y éste, un pedazo muy feo de pared le extrañaba. No podía creer como la pared era capaz de estar en esas condiciones. La pared se caía a pedazos y dentro suyo los órganos parecían también caerse. Entre los dibujos que se hacían en la pared pudo distinguir un rostro cínico. Una sonrisa con unos ojos que eran una especie de elementos muy diabólicos. Percibía las manchas como figuras raras e incompletas. Y al ver ese rostro supo que estaba totalmente seguro de que estaba solo. Si antes tenía dudas, ya no. Fue como la última repasada que se le da a la mesa antes de asegurarse de que está totalmente limpia. Se puede tener distintas certezas con cosas similares, y eso, pensaba mortificado, lo llenaba de curiosidad.
Arriba, dos caños muy gruesos sobresalían de la superficie de la pared y la lámpara del techo atelarañada, quedaba para su vista en medio de ellos. Lo recorrió un escalofrío aunque fue solo un momento, luego lo abandonó. Cerró los ojos. No recordaba por qué había huido pero sí que había estado bien.
Buscó en su mochila unas llaves, revolvió entre su buzo, unas revistas, bolsas, plata. Tomó entre sus manos una billetera muy rota parecida a la suya, que había dejado en uno de los bolsillos de adentro, y buscó un papel en su interior. Clínica Ingaes. Era una tarjetilla pequeña. Claro. Y un teléfono y una dirección. Las cosas comenzaron a clarificarse un poco. Junto con todo eso un par de boletos de colectivo, que poniéndolos adentro de una de las bolsas de nylon que tenía los dejó a un lado. Volvió a su sitio y volvió a mirar la mancha.
Tanto la había mirado que ya le resultaba muy familiar. Se aseguró de que su mochila esté más o menos ordenada. Este papel de alfajor no, éstos mensajes delirantes de Iván no, estos volantes, todo a la bolsa, que ya era su bolsa de basura. Basura, como en toda su mente, una vieja canción se le subió a la a la cabeza. Un ruido le interrumpió su melodía, era un mensaje de su hermano: devolveme la guita ladri y volve que la vieja esta preocupada.
Una vez más volvió a su lugar en la cama y se echó sentado de costado, y apoyó la cabeza contra la pared y sintió su frío y aspereza casi aliviado de que haya algo donde apoyarse. Estaba cansado en extremo. Respiraba entre cortado y se preguntó qué hacía allí, donde estaría su familia desconocida. Se juzgó una víctima.
En la habitación sólo había una cama, a los pies una silla, una pila de libros con mucha tierra, unos estantes, y un espejo redondo con un marco antiguo de madera. Sus ojos se posaron en el espejo y sonrió. Me fui como un cobarde y pienso que así soy, pensó aturdido, nada más quería unos mangos, y así termina todo. Miró de reojo nuevamente la tarjetilla.
El rostro que se había inventado seguía ahí, y entró más en confianza con él. Le puso un nombre, Lacriño. Lacriño le instó a dormirse con sus ojos de diablo. Ya voy, Lacriño, ya voy. Vamos cobarde, para mañana tenes que ver por donde seguir. Ya no tenes a tu hermanito para robarle.
Durmió entonces, profundo y se sintió bien y Pedrito le aconsejó entre sueños también. Pronto lo vendrían a buscar tarde o temprano lo encontrarían todos.
Lacriño, si ya sé, ya voy. De pronto la pared empezó a caer lentamente sobre él pedazo a pedazo y poco a poco media habitación quedó invadida por lo cascotes. Buscó desesperadamente la mancha, y solo veía la destrucción. Su único amigo había desaparecido. Salió apurado con todas sus cosas, ya muy triste y se hizo paso entre los cascotes. Ya voy Lacriño, ya voy. Leyó un mensaje que había llegado en alguna hora de la noche:
Pato volve porque sino te vamos a ir a buscar…hace todo mas facil y volve a casa.
Ya voy Lacriño, ya voy, pensó y corrió a la deriva.

miércoles, 6 de junio de 2007

Mi estado.

Paredecitas blancas, huecas,
lo compruebo al golpearlas.
Paredecitas humedecidas,
de este lado
por una gotera incesante.
No hay almas
que respondan a mi llamado.
Y no hay aire aquí tampoco
lo compruebo.
Y de todos modos solo quiero
dar golpes...
golpecitos suaves, huecos
si alguien quisiera responderlos
creo que ni siquiera
escucharía,
un golpecito aquí dentro.
Si responde
mi estado de pequeñez
se exaltaría.
Pero de tan pequeña igual
al asomarse,
tan considerado visitante,
no podría verme.


Jujita (en estado de pequeñez extrema).


Hada.


Pequeñita, un poco
vence la soledad
cuando no duerme.
Llora silenciosa un Hada valiente
por mis historias,
y camina tambaleando
mi amiga imaginaria
así como si nada,
estampa vidrieras muertas.
Un niño inocente toca todo el tiempo botones,
las aldeas son pequeñas y contenedoras
pero no existen.
Y las calles resultan ser demasiado extensas,
demasiado interminables.
Y así parece el Hada enloquecer,
viendo caer las paredes de la casa
destrucción, sueños dormidos
un duende que mata
a inmóviles cadenas de hombres.
Hacia la nada van sus ojos,
pobre mi Hada,
y yo no dejo que resigne
su desvelo.
Mira, mira para arriba de las cajas
que contiene el estante,
mira y ve que buenas
son algunas cosas,
mira fotos, mira esos papeles,
son palabras que quedaron
escritas, sí, para siempre.
No enloquecen los hombres en vano
son frágiles pero saben
como mirarse...
y las ilusiones recitan,
aunque dormidas.
Hada, tus ojos de un dolor punzado
se adhieren a los míos
cuando escribo las historias
cuando pienso en los hechos
y rebusco en la realidad,
y me refugio, así, un poco,
en la soledad.

sábado, 2 de junio de 2007

Transformaciones


Para los pibes, para que rian

Ja! Quedamos escuchando toda la Noche palpable. Sin la fuerza de grandes raíces vivas
Me vuelo ya frágil con brisa-viento hacia zonas del pasado quieto. Ja!
Y puedo aquí sin guía, vista flagrante, rechazar al bruto más indolente. Ja!

Ja! Del Mundo escucho la voz muda -gritan fuerte los tilos que yacen en Barrio Parque-;
Hay un haz de lo milenario que envuelve mis fibras con gemidos prehistóricos. Ja!
Ja!Afloro como el azahar porque soy eterna como el Silencio,libero la mente y me expando virginal.

Ja!Y me veo agonizar esquelética en época fascinada de hábil guerra.
Ja!Cayendo me vaporizo a gusto antes de tocar el río que me fecunda con su habla.
Ja! Se agota mi lumbre titilante entre el vaho azul de unos pocos que fuman yerba.
Ja! Madrugo atravesando a mi madre en un nacimiento sufrido y me bloqueo en la estrechez perpetua.

Ja! Un bálsamo quizá de cedro para perfumar tu ya viejo, agrio, humor.
En la esquina de una hoja transfórmome en mónada inyecta en la lágrima brotada por rozarme con la vida.
Ja! Hoy lloro, grito, sumergida en el agua que se eriza por mis verdades efímeras cubiertas de pena.

(Ja! Gozosa estos versos yo he de firmar pues 23/27 letras del pequeño abecedario en cada uno he usado).
Imagen: Eclosion

"Pero": Un momento de torpeza

Quisiera ser mas trivial, que cosas menos importantes me preocupen, porque de todas formas me siento vacia. Que las atrocidades y sucesos terribles de la vida me sorprendan. Siento que ya nada me conmueve, ya nada me atemoriza o me entristece, ya nada me saca de control. Por momentos creo que estuve tan triste y estoy tan desorientada que nada puede volverme a la vida real para vivirla sin sufrimiento. Vivo una fantasia, soy tan inmadura, y todo pasa tan lento. Alguna vez dije: "quisiera ser normal", pero alguien me disuadio con la idea de que yo soy apasionante como soy y que es aburrido ser normal. Pero lo cierto es que ya se la verdad y de saber no se vuelve a ignorar. No puedo ser pura como antes, no puedo ser ingenua porque desconfio de todo. Despues del saber hay que hacer (no puedo seguir asi y ademas cuando hago no soy solo estoy) pero no tengo fuerza, estoy agotada, me enquisto en la inaccion. Me agoto en mi misma, en mis cavilaciones. Agoto todas las posibilidades de tanto pensar y ya nada me queda por vivir. Tiemblo de tristeza. Nada me abraza. "Hay que tratar de no pensar tanto" dicen y digo, pero es imposible porque no hago nada mas que estar sola (a veces con alguien) pensando. Me digo "basta!" cuando me hallo en ese circulo vicioso, pero siento que tengo que estar asi para salir. Vivir la torpeza de mi vida y la estupidez de mi esencia para superarla en la total aceptacion.

domingo, 27 de mayo de 2007

IN apropiación

Blake-Morrison-Inesita

( en ) y de las sombras chinescas
donde me pusieron ellos
me protejo
yo, ya que la voz de la indignación
sincera es la de Dios
la guardo y escucho celosamente
donde me pusienron ellos
en secreto y regocijado pathetismo
me arrincono y como un tesoro ,
una merienda, la degusto...

Miro el circo
hecha la escena
el circo alrededor mio
me cruza de sombras
clamores de entraña apaciguados , (un poco )
como Hamblet
estoy siempre a la luz
no " sombrio " como me han dicho
sino al contrario casi de luz ( cides) enceguecido ...
Los ojos catalizadores del mundo
( velocidades de autoengaño)
cataratizados
diran con grisealdad , grisaceas alusiones
de convicción y miedo
sin seguir sus Genios
( como angeles incómodos)
incomodados
se acomodarán en sus asientos
abutacados , contenidos sus deseos
factibles de ser contenidos
en la sala oscura
con sus ansias, haran el cine
el "cine" que les muestre
La Energia deliciosa , Eterna
la dejan toda para mi
que me aglotone
que me destruya... me la dejan ...
que me piquen las abejas
ellos: el temor a la muerte
yo: ¡¿como llegare al perfeccionamiento del goce (sin imagenes),
a traves del sexo ?! (prestar atención a este vacío)
veamos cómo ( o si )
se encuentra también en él
( o solo en él ) La Providencia


Inconsolable
no quiero todavía el Clímax
quiero imágenes , imagenes!
quiero sed , vampirismo
o miedo a la muerte
¡como y cuando es que lo consigo?

deberé jugar entonces?
la diverción se ha detenido...?
ha realmente muerto bajo la negligente
inocente mirada de la muerte ?

La cámara dentro mio:
Gusanos , un ataud de revoltijos...
¡ Abrid y ver mil mariposas explotar !
( mentira para esperar un verano)

Otros esperan con sus caras fruncidas , funestas
huir de Casablanca
paisaje del desolado esperanzado
pequño historiador de su pequeño gran destino
pasaje del prologo del estiercol...
sin gusanos...verano ! oh verano!
acomodador!

lleguen tarde, pues, pobres , despues de todos
lleguen tarde a los avisos
ilusionense ..lo tienen merecido...

Yo me hare Bien Puta
me hará bien ser inadmitida, no ver mas
que partes que curar , como ojos, con saliva ...

Yo prestaré atención a la sombra
por motu propio comtemplaré la escena con la espalda
con el vertigo estremecido del miedo -atractivo
de ser tragada, devorada...

genitales masculinos y horror al vacío
al vacío entre nosotros...
ser Ofelia y Hamblet ( y)
con una escucha en diferido
entregar ( se) el infinito...

miércoles, 23 de mayo de 2007

Test: ¿Soy un buen tomador de mate?

La verdad de la milanesa. Vea la opción que más se acerque a su realidad y vaya sumando los puntos. Conocerá cual es su grado de tomatez.

1.Cuando el agua se enfría…

A. Calienta esa misma agua.
B. No importa porque tengo otra pava con agua calentándose.
C. Riego las plantas con esa agua.
D. Dejo de tomar mate y llamo a alguien por teléfono porque me siento sola sin la compañía de la infusión.
E. Sigo tomando mate hasta reventar.

A=15; B=25; C=5; D=10; E=20.

2. Tengo ganas de tomar mate y yerba no hay.

A. Voy a comprar.
B. Me hago un café.
C. Escarbo la basura hasta encontrar la yerba de ayer.
D. Escucho un tema de los materos.
E. Me voy hasta el parque a buscar algún matero que me haga el aguante.
A=15; B=5; C=100; D=10; E=20

3. Su panza grita no poder más pero sus ganas de matear son más fuertes.

A. Hace oídos sordos.
B. Se interna en el baño hasta que se haga un lugarcito.
C. Se provoca el vómito para poder seguir tomando.
D. No toma más por una hora y se pega una siestita.
E. Se anota en el curso de croshé del centro cultural del barrio.
A=185; B=30; C=90; D=10; E=10

4. Tiene ganas de tomar mate con alguien pero está solo.

A. Llama a algún amigo.
B. Sienta a su lado al perro, gato, tortuga u hormiga y le intenta convidar.
C. Se dispone a tomar mate solo pero habla consigo mismo en voz alta.
D. Se ceba más pausadamente como si hubiera otros en una ronda.
E. Toma uno dulce como su amiga, otro haciendo ruido como su primo, y otro baboseándose como su amigo que poco seguido ve.
F. Se encierra deprimido en el placard y llora a moco tendido.
A=20; B=30; C=40; D=37; E=55; F=-10

5. ¿Cuándo un mate es un muy buen mate?

A. Cuando está en buena compañía.
B. Cuando está bien amargo.
C. Cuando está solo y el mate lo acompaña.
D. Cuando está bien cebado.
E. Cuando hay facturas.
F. Cuando no hay otra cosa.
A=1; B=25; C=31; D=12; E=20; F=3

6. ¿Cuándo toma mate?

A. Todo el tiempo, a toda hora.
B. Cuando le ceban.
C. Cuando no tiene nada que hacer.
D. Cuando está nervioso.
E. Cuando se comieron fideos y se puede usar el agua con que se hirvieron.
F. Cuando hay un comunicado presidencial.
A=91; B=2; C=3,5; D=4,2; E=4,2; F=0

Resultados...


Más de 200 puntos.
Usté si que es un gaucho. El mate en su vida cumple un papel imprescindible. Primero Dios, el mate y después la vieja. El mate lo ayuda a resolver las situaciones más difíciles con altura. Pero tenga cuidado, tanta dependencia puede ser perjudicial para usted. Los extremos no son buenos, no debería cebarse tanto. Tiene que poder pensar en otras cosas y darle lugar a otros apoyos emocionales en la vida. La vida es multicolor, deje de pensar en verde.
(Si cree que sus problemas se están agravando llame al 0-800-MATEAFULL Materos Anónimos y recibirá la ayuda que necesita.)

Entre 100 y 200 puntos.
Usté tiene los pies sobre la yerba. Con buen equilibrio toma mate día a día sin la necesidad de abusar. El mate en su vida cumple un papel importante, como corresponde. ¡Siga así!

Menos de 100 puntos.
Usted no es argentino. Pregúntele a sus padres, sospeche, porque usted o es adoptado o su familia viene de otro país. Usted prefiere un café con leche a un mate porque no entiende como funciona la vida. Deje madurar sus ideas en la yerba.

La nada.

De la nada
podría decirse todo
pero nada sería
demasiado interesante.
En la nada se mueve
despacio, así
lento, sin gracia,
y no hay elementos
y no se retuerce nadie
de nada.
Y la oscuridad ni siquiera
puede ser negra.
Y no hay si se busca
y no se nombra si hay algo
más que como nada.
Y creo que nada puede
ser como la nada.

lunes, 21 de mayo de 2007

teen spirit ( no se siente como)

te habia borrado de mi lista de contactos
el estupor de la noche
sobre el mar desparramado
no te conozco
adolescencias que vienen y van
como las olas y el viento
estabas allá y yo hastiaba allá
pero después o antes y distinto
todo lo que es en toría
me deprime con enormidad
me vienen palabras pero no me significan
me van los hombres porque me significan mucho más.

Idolatro la magia de los astros alineados
líneas translúcidas (que)
me cuestan la vida de creyente luego.
Descreer depues que tanto derroteo
se masacre y pudra y devenga animosamente
en putrefacción de sentimientos
me enloquece sencillamente

en la pieza más sucia del universo todo
obtuve sarna y un DOCTORADO EN MATRIMONIO
felicidad-express- de tres días.
Nunca más fui esa misma.

Insisto en volverme más limpia.

Aunque lo invento para generar algo: revoluciones en mi cuerpo
despistar al que,
siempre fue parte del motivo
que me mantuvo al rojo (vivo),
hacer la diferencia
para aliviar, pero no alivianar nunca
la tortura que viene dada
y todos se preguntan como sacarsela de encima

nací creativa
y soberbia

te pago con silencio
con el silencio de mis notas de autor
( el fruto de mis esfuerzos)
para parecer humana
y recrear alguna vez más ¡por todos los cielos! la pieza
la mesa
o el cementerio.

lunes, 14 de mayo de 2007

Los amantes



- Si estás muerto ¿cómo puedes verme?
- Tu cara es de agua, mi bella princesa ¿cómo no he de verte?
Se escuchó entonces al pequeño gorrión que canta sueños olvidados y recordaron que se amaban como el primer día. De entre la niebla del bosque se observaba la tristeza de algunos muertos caídos en batalla hace cientos de años.
- Me amas como amas a esta crisálida de hada o a esta orquídea violácea.
- ¿Por qué me dices eso? ¿No te das cuenta que eres la única criatura que me llena las venas de alegría?
Sus frentes hirvieron al apoyarse una contra la otra. Juntando sus manos estremecieron sus genitales.
- ¡Sígueme! ¡Es la hora!
- ¿A dónde vamos?
- Te mostraré lo que había prometido si nos dirigimos en silencio.
Al borde del acantilado el sol renacía; sus primeros rayos activaron las hojas de todos los miembros del bosque y junto con el olor del rocío empezaron a sentir cosquillas en los pies. El calor se apoyó en sus pechos y les brotaron hojas hasta convertirse en fuertes algarrobos.

Imagen: Autorretrato

domingo, 6 de mayo de 2007

IMAGEN: La Trinidad: Fecundación mental-uterina (fragmento)

Para empezar algo
siempre uso el luzómetro
y después al recordarlos
se me revuelven las tripas.
Otra vez prohíbomelo
pero trasgredo la ley
porque soy sueño,
luego caigo en nuevos brazos:
fácilmente debilitables,
pasionales, constrictores,
invisibles, eternos o fugaces,
pero nunca verdaderos.



Tarabuco.

Si seguía el camino
Ya no sabíamos,
Dónde parar, por qué no seguirla.
Pendiente poblada de cuerpos cansados
Hablantes extraños.
Como decían aquellas voces
Nada decía, solo ellas
Tan dignas, y vivían
Caminando tanto.
Los colores del no muy lejano
Caer del sol, los cultivos verdes
Y el gris de la montaña.
Cuando todo parecía un poco triste
Incierto, irreal, dudoso,
Incapaz de no seguir
Pero de seguir también
A la mujer que solo nos invitaba.
Sonrisa irrepetible,
Inolvidable.
Camino largo y lleno de vida.
Si seguía el camino iba a un pueblo
A un pueblo seguro y olvidado,
A vidas que allí moraban, y perecían,
Con sus colores y todo
Con su dignidad.
Lejano...

Para caminar
por todos los lados
sin mirarte
me escondí
en la luna.
Con la frente dorada
seguí con los deseos
contándolos
a quien pasara
lejos, lejos, lejos.
Y cuando pasaste
no pude
ni mirar.
No pude ni decirte
nada.
Cerca pasaste,
cerca estuvimos
y nada.
Y me fui a caminar
seguí en mi camino
mirando el horizonte.
Sin mirarte,
lejos,
nada de luna,
para pensar,
para terminar
lejos…

Expectante.

Así llegó de esperar,
buscando el agua,
ahí se abría su manantial, y el rostro
paseaba pensándose húmedo.
Así amanecía entre las brazas,
y el canto de las olas
lo estremecía de ganas.
Ya no quiso fijarse
arqueado, pobre
almacenado más allá de las orillas,
supo que estaba solo,
que nadie, ni nada
vendría a darle techo.
Del sol sabía
de tardes, de intento,
de un indiferente
caminante al pasar.
De la luna sabía más,
de su aliento
tan luminoso y vigilante.
Pero de nada sabía más
que de esperar.

sábado, 28 de abril de 2007

El loco.

Segunda parte.
Sola parecía aclararse un poco la situación. Leonardo tarde o temprano llamaría o daría alguna señal, y después de todo quizás no estaba mal una distancia. Pensaba constantemente en donde podía estar y varias ideas se le ocurrían pero no sabía por donde empezar a buscarlo si es que debía hacerlo. Y la idea de que podía llegar a vender a Julio la atemorizaba. Si lo hacía lo haría para hacerla sentir culpable, y obviamente lo lograría. Pero al pensarlo le parecía tan ridículo que lo desechaba en seguida. Al paso de los días ya tenía la sospecha de que Leonardo se había ido a algún lugar cercano y se quedaría allí durante un tiempo. Seguramente no decía ni dónde estaba ni llamaba en un par de días porque supuestamente estaba enojado por la discusión. No sería tanto lo que tendría que esperar para su regreso pero por esos días el tiempo parecía estirarse tanto y por momentos le venía el miedo a que él no volviese en toda la primavera o peor de que él no volviese nunca, y se veía sin nadie y arrepentida. Y en esos instantes se asustaba tanto que creía que se atragantaba con la soledad de su casa, con el futuro negro que veía abrirse para ella. Ya habían pasado dos días cuando decidió que iría a buscarlo, ya no quedaba más por esperar.
Salió abrigada, era una tarde parecida a la de su partida, pero de domingo demasiado común para lo que a ella le estaba pasando. Sin embargo un poco le gustaba, la temperatura era óptima, la calle estaba pacífica y sentía que la abrazaban las construcciones y los manguerazos, y algunas que otras flores olorosas.
A cada paso se llenaba de curiosidad por saber donde estaría. Y de tristeza. Caminó las dos cuadras que la separaban del parque. Ese espacio se hacía sentir de mucho antes de llegar hasta él y estaba cargado de instancias de su vida, y de un sentimiento general de distensión y de tranquilidad, aunque una tranquilidad muy de ciudad. Era muy loco, antes de llegar al parque ya se sentía que tenía algo especial y era raro no darse cuenta cual era el clima antes de entrar en él. Era claro que no estaría allí en persona pero igual pensó que sería bueno pasar por allí, porque él estaría de alguna manera presente en ese lugar tan de ellos. Le agradaba. Se adentró y observó que estaba bastante lleno de gente. Lleno. Los bancos, los caminos, las partes del pasto, las partes de sol. Pasando la parte de los juegos visualizó un banco a lo lejos del cual se estaban levantando dos personas. Se apresuró para poder ocuparlo. Estaba cerca de los juegos y escuchaba constantes gritos, y veía las palomas amontonarse cerca de ella, pero todo eso disminuyó al acercarse al banco vacío, esa era una parte mucho más silenciosa.
En la mudez pudo recordar bien que los últimos días Leo estaba más loco que nunca. Con sus obsesiones con las fotos de Jo que estaban siempre en la sala, las sacaba y las ponía, las cambiaba de lugar, las miraba por largos ratos de un modo extraño. Se acercó un perro bastante grande a olfatearla, y le pareció bastante parecido a Julio pero mucho más grande. Era como un pastor inglés grande y todo negro. El padre de Julio, pensó. Quizás, podía ser ya que nunca supieron realmente quienes habían sido sus padres, Julio había sido un regalo de un a tía de Jo. Pero sospechaban que había nacido en un campo que ella tenía. No era un perro de raza pero era hermoso. Todo aquel que lo conocía quedaba encantado. Después de un rato de estar allí sintió unas inmensas ganas de que aparecieran. Comenzó a caminar lentamente hacia el otro lado del parque. Llegó hasta el lado del monumento, se chocó con una gente que caminaba muy rápido, observó algunos puestos de artesanías. Eso la iba a distraer un poco hasta decidir para donde ir, pensaba. Miró unos anillos que le llamaron la atención y se probó uno. Era de colores, de mostacillas rojas, negras, celestes, blancas, rosas. Lo miró puesto en su mano, bastante bien. Y en eso vio detrás de un puesto asomarse a Julio. Miró sorprendida.
_ ¡¡¡Julio!!!- se acercó para alzarlo. Tenía una correa muy larga. Tomó al perro entre los brazos y siguió la soga que le pareció era demasiado extensa y tres puestos más allá encontró a Leonardo.
_ Te estaba buscando...
Julio no paraba de lamerle la cara, emocionado.
_ Ah!, ella es mi mujer- dijo él a una señora que parecía estaba dialogando con él hasta que María llegó al lugar.
_ Ellos están interesados en Julio.- continuó.
_ Ah si, mira vos.- a María le salía fuego por los ojos de la indignación. Miraba a Leonardo incrédula.
_ Si dalee, ¡¡mami!!... ¿Me lo prestás?- un niño gritón y detestable se le acercó a María requiriéndole a Julio.
_ No, no. - le dijo ella y se alejó y trató de hacer a Leonardo a un lado.
_ Te estás yendo...
_Vení Fede te dije que no molestes. - el padre del chico parecía más centrado. Finalmente el chico pudo agarrar a Julio porque con lo inquieto que era el perro se bajó de los brazos de María. La señora parecía embobada con el perro y el nene también.
_ Pero como ¿no era lo que querías?
Ella odió su cara de loco que no dormía hacía días y decía incoherencias.
_ Vamos a casa Leonardo por favor te lo pido dejá de hacer esto.
_ Perdón, ¿Cuánto sale este perro?- era un chico con aspecto de hippie acompañado de su novia que se habían acercado al ver el cartel que tenía la caja. Rezaba: Vendo perro porque ya no puedo cuidarlo.
_ No está en venta.- le dijó María.
El joven expresó en su rostro la incomprensión de la situación. Arqueó los labios hacia abajo y miró a su novia.
_ Disculpen es un error. - se excusó ella y comenzó a levantar la caja y las cosas de Julio que estaban desparramadas por el piso.
_ No, no es un error. - Leonardo intervino preocupado.
Mientras el matrimonio feliz y el niño malo no había registrado la situación y seguían cargoseando al pobre Julio.
_ Bueno está bien Fede. Lo vamos a comprar.
_ Señor, nos llevamos al perro.
El hombre sacó una billetera de donde extrajo quinientos pesos. Y se los tendió a Leonardo contento.
_ Señor lo lamento el perro vale mil quinientos, no quinientos.
_ Pero ¿cómo?- el señor se irritó sobremanera.
_ Con ese precio...entonces...
Leonardo negó con la cabeza cerrando los ojos enojado.
_ Supongo que puedo opinar en el precio, es mío también ¿no?
_ ¡Sii!, papi porfiii.- el niño le tiraba a su padre de la ropa y María lo miraba furiosa.
_ Está bien pero con los juguetes y el tachito del agua y el de la comida.- la señora dijo esto señalando esos elementos y luego los observó a ambos esperando la respuesta.
_ Si y también tenemos la bolsa de comida.- mientras decía esto Leonardo les mostraba una bolsa de alimento para perro casi entera.
Después de deliberar entre ellos la familia decidió comprarlo igual. Le había salido mal la jugada, así que María tuvo que ceder a entregarlo y además sabía que no era de ella Julio aunque así lo sentía. Las lágrimas invadieron su cara cuando los vio alejarse. Leonardo tomo la caja de cartón y un pompón que había quedado de sus juguetes escondido debajo. Ahora sí ya no quedaba nada más que hacer ni hablar. Debía entrar al trabajo como siempre y de secó él también su llanto.
_ Me voy. - antes de partir la miró a los ojos. Se había guardado el pompón para tenerlo entre su colección de cosas de los que ya no estaban. María sintió que ella si estaba y seguiría estando si lograba perdonarlo pero de nada serviría. Pensó lo inútil que era.
_ Después de todo va a servirnos para algo, nos vamos a sacar la deuda con los chicos, y además vamos a poder pagar el alquiler sin problemas.- intentó que se filtre un poco de sensatez en esas palabras, y por un momento, aunque sea breve, lo logró.
_ ¿Venís a la noche?
_ ¿Puedo?
_ Sí claro.- dijo ella sin mirarlo y comenzó a caminar hacia su casa. Al verla irse sintió un temblor y una ráfaga de culpa le inestabilizó el piso. Pero en el fondo encontraba algo de placer inexplicable al hacerla sufrir. Se sintió una basura humana sin retorno. Cuando la perdió de vista se dirigió a su trabajo con aire ausente.
Por la noche la casa más silenciosa de la ciudad cenaba a oscuras en un comedor tenebroso y sus vidas amargadas ni siquiera se despabilaban con la fuerte tormenta que se avecinaba. Cenaban al calor de una vela un arroz con atún y tomate. Sordos ruidos de platos solamente. Hasta que hubo uno que los sorprendió por su extrañeza.
_ Que ruido...
_ Es como de uñas.- María frunció el cejo. De repente se paró como si hubiese entendido algo y fue hacia la puerta de calle. Leonardo reconoció ese gesto porque era raro en ella. En la puerta Julio los esperaba, con una correa roja y una chapa que decía Tomy, mojándose con las primeras gotas de la tormenta.
Se envolvieron en una mirada de complicidad. Ella sonrió e hicieron pasar al visitante.
Fin.

viernes, 20 de abril de 2007

El loco.

Primera parte.

El deber de no parar de cumplir con las obligaciones que tenía lo hacía darse marcha. Y no marcha atrás, sino un envión hacia adelante. Pasaba entre la mesa y la máquina de coser conservando su mirada un poco debajo de la puerta, un poco enfrente del televisor, dejándose llevar cada momento con una nueva parte del comedor, siempre aburrido. Últimamente se estaba haciendo una pregunta, qué haría si supiera que pronto todo iba a terminar. Donde llevaría sus cosas para estar un rato a solas. En qué pensaría por las noches. Trataba de mirarse con respeto, sin ser tan duro pero al final los juicios no eran tan flexibles. No había cultivado todo lo que a lo largo de su vida había soñado. Y los fantasmas lo perseguían casi sin tregua. Cerraba los ojos cuando escuchaba la música de su alma. Y agradecía haber vivido tanto. Desear tomarle la mano a Victoria cuando ya no estaba. Y dejar que las lágrimas humedezcan los días. Pero aún en ese tiempo era el deber lo que lo hacía seguir.
_ ¡Ey! Ya está todo. Podemos comer…
_Ya voy cielo.
_Bueno
_Dale que se enfría…
Le molestaba esa insistencia cuando estaba en lo mejor de los recuerdos en su cabeza.
_ Si ella estuviera aquí, se habría sentado y agarrado un vaso de agua, y hubiese dicho:
¿Qué están mirando?
_ Sí, Jo si.- María asentía aturdida a su ya sin demasiado remedio marido.
Y le sonreía con una punzada de dolor en los labios.
Era posible que a la hora de comer siempre le diese por hablar de alguien muerto.
Era su obsesión con la muerte lo que se estaba haciendo patente en esos días, y ella se preocupaba de más. Eran locuras, solo eso…
Y sentía cada día descubrir una nueva. Era claro que él estaba enloqueciendo y aún así no podía dejar de amarlo. Pero se hacía difícil.
Recordó súbitamente que la camisa que tenía puesta, una camisa a cuadros celeste y blanca, era de Tito, aparte de que le quedaba muy bien, claro. Lo miró un tanto desconcertada al reparar en ese detalle. Sus ojos se entrecerraron a la vez que la imagen de Tito con esa camisa caminando por la calle se le antojaba muy nítida.
­_ Él me la prestó.- dijo él al darse cuenta de que ella lo estaba mirando de ese modo.
A la imagen de Tito se le sumó entonces a ella la imagen de Tito entregándole la camisa doblada muy prolijamente en un cuarto muy oscuro, los dos envueltos entre las sombras.
_ Si claro me imagino.
Rió un poco irónicamente y otro poco por no saber qué decir.
Ya eran muchas las veces que no sabía qué decir con él. Qué decir, ya no había nada para decir realmente.
A lo largo de la comida ambos pensaban cada uno en qué sería de ellos cuando llegase el invierno. Ya no tenían casi para mantenerse y vencerían los plazos del alquiler. Se sentían absurdos aún estando juntos. El comedor estaba apagado y lúgubre y lo que hacía él todo el tiempo era caminar por la casa y pensar.
El ruido del televisor de fondo y el ruido de los platos solo se escuchaba. Ruidos huecos y bajos, reprimidos.
Cada tanto alguno fijaba la mirada en el aparato sin demasiada atención.
_Podríamos venderlo, dice él.
_Que decís, no claro que no.
_ ¿Por qué no?
_Porque no, sería muy aburrido.
_ Si ni lo mirás, mirás hacia la nada.
_ Si lo miro, Leo no hinches.
_ Con tal de contradecirme todo ¿no?
_Lo miro- ella parecía querer cerrar el tema.
Pero él seguía esa idea con insistencia. Dándole razones por las cual debían hacerlo. Creía que estaba argumentando bien, sin embargo para ella los planteos que hacía no tenían mucho sentido. Comenzó a hablar del gasto de la luz. Y en algún punto cumbre de la conversación ella sintió que ya casi no tenían nada más que hablar.
Una punzada de bronca la atravesó de lado a lado, cuando se dio cuenta de que no iba a parar de molestarla. Lo miro con rabia, rodeaba su cuerpo una aureola iracunda. Ya no sentía hambre y dejando la comida a un lado lo miró fijo.
_No lo vamos a vender.
_ No, no lo vamos a vender, lo voy a vender.
La bronca le salía por todos lados. Subió el tono.
_No lo vas a hacer, y basta de hablar.
_ No me importa lo que pienses. Yo lo voy a vender, y te doy tu parte.
_ No seas ridículo.
_ No me trates de loco, ¿eh? Si la loca sos vos, no se puede hablar de nada con vos. ¿No te das cuanta de que necesitamos sacar plata de algún lado?
_ Si claro y vendiendo el televisor vamos a sacar mucha plata.
­_ Algo es algo.
_ Bueno, ¿Por qué no vendemos a Julio si no?, si querés vender algo... Si esa es una buena idea, total no le das ni bola.
Él se desencajo. Julio era el perro de Jo.
_ Sos una guacha.- Se paro y la miro con ojos acuosos. Ella lo miro con odio.
_ Sos una guacha.
_Y vos sos un loco de mierda.
_ ¡Desalmada! Nunca la quisiste ¿no? Decí la verdad – volvió a sentarse.
Ella callada sin poder creerlo bajó la mirada desesperanzada. Lo había provocado a propósito pero ya se le iba de las manos, como cuando uno hace algo sin saber bien porqué y después las consecuencias se le vienen encima inquebrantables.
_ Aceptaste que venga solo por mí, ¿no? Pero no la quisiste nunca, no la quisiste. Y ahora no me dejas llorarla.
María le tomó la mano con dos lágrimas saliendo de sus ojos cansados.
_Ella ya no está Leo, yo no puedo hacer nada, no puedo traerla de vuelta, ¿entendés?
_ No claro, ni te conviene.
_ ¿Ni me conviene? pero que decís, no te entiendo…
_ No me importa.
Él se levanto y se dispuso a marcharse. Quedó María a solas en el comedor con los platos sobre la mesa a medio terminar. Julio se acercó y movió la cola poniéndole las patas encima. Lo miro con compasión y fue a abrirle la puerta de la terraza. En dos horas debía irse a trabajar gracias al cielo, y ella podría estar un poco sola para pensar mejor en todo aquello. Su cabeza era un torbellino de ideas inconexas y dolorosas pero incapaces de ser ciertas. Lloró un largo rato allí sentada. En la tele seguían hablando de unos rehenes. Luego terminó el noticiero y comenzó la novela de las tres de la tarde. Con un galán horrible e insulso. El cansancio la fue venciendo dado que casi no había podido dormir la noche anterior. Cuando el al fin abrió la puerta de la habitación para irse Leonardo la encontró recostada sobre sus brazos encima de la mesa. Se había dormido. Sigilosamente puso a calentar agua, y buscó una caja de cartón. Preparó una mochila donde puso algo de ropa, un termo y el mate de los dos.
_ Shhh, vamo Julito, shhshs.
Julio movía la cola y una vez que vio la caja se metió de inmediato. Le había atado un cordón y quedaba muy gracioso con la caja colgada y Julio asomado. Como un pompón negro y muy alegre. Tenia demasiado pelo para su tamaño pero era un buen perro.
Dando la última mirada a su alrededor y a ella aún dormida, se marcho cerrando suavemente la puerta.
Cuando ella despertó la casa totalmente vacía le pareció mucho más oscura pese a que no era tarde y no tardó en darse cuanta de la ausencia de Julio. Sin embargo la cocina todavía estaba caliente. Pensó en si iba a ir con Julio al trabajo.
_ No hace mucho- pensó y observó la casa seria y pensativa, con sus ojos aún dormidos. La persiana de la ventana del comedor seguía baja y los platos aún allí con sus restos, la novela de las tres había terminado hacía rato.

miércoles, 18 de abril de 2007

Cansada

Voy alienada por las calles y es ahora más que nunca que soy la nada del todo. Camino por la maldita ciudad, no hay salida, o la hay pero no me atrevo a quedarme para siempre afuera. Me quemo porque hay fuego por todos lados. Pierdo el control y me controlan: soy algo que no marca diferencias. Acuerda horarios y los cumple; pomete préstamos y los efectúa; se obliga a hacer cosas. Si ya no quiero hacer nada. Quiero estar cerca del agua y mojarme, refrescarme. Siento frio y me petrifico, el frío me sofoca, no puedo respirar. Me asfixio, necesito aire, apertura. Las paredes del cuarto me comprimen. Los teléfonos me agobian, las fechas me omnubilan. Los horarios me apabullan. No quiero cumplir más con la palabra, no quiero tener que aceptar condiciones (quiero poder ser yo y que algo salga bien). Las fechas: se supone que hay días en los que uno debe hacer algo. Pero... ¿y si no quiero hacer nada? Necesito expandime y no lo logro, todo me limita, no siento nada. No siento el aire, no lo respiro, no lo degusto. Abro el agua caliente del baño para probar el dulzor del vapor. Pero ni siquiera los estímulos me hacen sentirme. Ya no existo, ni siquiera para mí misma. Sé que son sólo sensaciones pero no puedo dejar de desvanecerme. Soy inapropiada. Estéril. Nada se consigue conmigo ni de mí. Nada crece por mí. Alguna vez fui madre, fui semilla que creció y dió flores y hojas verdes y carnosas, suaves, con aroma. Nada de lo que elegí fue lluvia para la semilla.

domingo, 8 de abril de 2007

Momento estacionado.

La mañana clara lo dice todo. Acompañan a las casas los lamentos obstinados, y en una región oscura habita mi alma porque acá ya no hay nada más que hacer. El tren pasa, sigue su camino y me aprisiona con su andar lento; todo está poco calmo y ruidoso. Veo mi cigarro consumirse, dejando huellas que no se borrarán. El próximo tren es el mío. Siento el cansancio entre el humo que se despeja y un golpe violento que me da una valija al rozarme. Todos apurados suben, escapando. Yo espero.
Claro que no quiero recordar ciertas cosas, ni siquiera las buenas ahora que todo duele, pero no puedo evitar notar que entre las casas lejanas, el sol se esconde como un grito, y yo con él, entre mis manos pidiendo que se calle.
Qué extraño, cuando en la oscuridad de mi cuarto abismal, se desenvolvía mi encierro diario, entre cantos en la penumbra. Últimamente no veo a la gente, solo de vez en cuando salgo por algunas cosas que comer. Camino y observo inquieta las calles. Por momentos rayo la inconciencia, me evado, me escondo del otoño, lo tiño de silencio. Huyo de mí misma para no esperarlo a él. Es cierto, nada de lo que pensamos pudo darse. Ni nada de lo que dijeron, ni lo que ahora me dicen. Pero como me mantuve todo este tiempo demente aferrada a sus ojos, no imaginé nada de esto, y no lo entiendo todavía.
Recorro la estación con la mirada; una mujer queriendo vender hilos de infelicidad a un hombre hambriento, que no le da bolilla. Todo está signado por la muerte. Un guardia me rodea y me mira, desconfiando; yo lo noto, me mira raro. Quizás es por mi no tan agradable aspecto. Espero que nadie se me acerque.
Observo la confitería de la estación, rotosa, de paredes sucias, toda entera, irguiéndose frente a mí, parece absurda, y exhibe desde sus ventanas abiertas el interior donde parece que alguien canta todo el tiempo.
No cesan tus voces ahora como no cesaban las mías de agobiarme...
Recuerdo, mientras todo este infierno se hace más denso al paso de la tarde, y clavándose en mí sus ojos, sus ojos arden y murmuran.
Un murmullo que no puedo apagar.
Estoy enloquecida. No pude entender su tormento, retorcido en la noche, su diálogo con el viento, mientras escondía la cara avergonzado, alucinado, repitiendo aquello que le dictaba el alba, y luego continuaba durmiendo. Miro a los que esperan conmigo el tren, tan quietos, nadie como él.
Qué encierro y que calma el día, yo no espero nada en realidad, solo quisiera tenerlo conmigo; ahora por lo menos alguien puede escucharme. El delirio asiente frustrado a mis palabras, temo que me desarme, que se encienda demasiado. Trato de controlarme.
Parece tarde para arrepentirme, me dejé envolver por su presencia, por su mundo. ¿Qué puedo hacer si está dentro mío? ¿Por qué fue tan hostil? ¿Por qué se atormentaba?
Su imagen se me aparece muy clara, su rostro amado y odiado, su mirada intensa, cuando se inclinaba a escucharlos creo que aún lo quería más. Me hirió, me destruyó. Y lo veo ahora acercarse y sentarse a mí lado.
¿Con quién hablás?
Sonríe y yo también sonrío. Está acá. Nunca se fue.
Mi único desahogo es este ahora que la tormenta no para porque se instaló para siempre desde ese atardecer de furia en el que él desapareció entre la bruma. Hablaba, no a mí pero hablaba, y pude entender que finalmente ya estaba todo dicho. Y mi mente lo repite ahora hasta la eternidad siguiéndome a cualquier parte.
Le diría que vuelva que no se engañe, que no me engañe, que estemos solos por un rato.
La columna de la estación se está transformando en la pared sumisa de nuestro cuarto, nuestro pequeño teatro que construimos para el resto.
El guardia se acerca más y más, posa la vista en mi persona constantemente ya sin disimularlo.
Descubro con horror, con nostalgia, con mi arremolinada mente perdida que no pude descifrar el augurio, ¿como pude querer salvarlo de aquellas palabras?
Las voces imponentes, que a veces le hacían parecer tan gracioso, sobre todo cuando jugaba concentrado con su pelo. En esta estación desierta, es raro, porque parece que hay alguien , es terrible, hay alguien más, y creo que dentro de la confitería. No es el guardia ni esa mujer extraña, que ahora se acerca para ofrecerme sus hilos y a la que le esquivo la mirada.
Deshaciéndome, turbándome estoy dudando si están o no en la estación, pero las columnas una vez más vuelven a ser lo que eran. Y la voz recóndita, ahora mi voz recóndita asiente. Veo que aparece el tren a lo lejos, maquinal, infernal. Invade todo con su mundo de vías, con sus sórdidos vagones avanza cargado de locura.
La vendedora camina cerca de mí, camina sola por alrededor, parece que desvaría. Suspiro. Está cerca de las vías y pienso que es probable que caiga. Pero no hago nada, yo no quisiera involucrarme con nada.
¿Te acordás de las tardes que fueron nuestras? Como hicimos los momentos eternos cuando nadie gritaba? ¿por qué ya no estás? ¿Por qué pudo más una voz, una voz triste y lejana?
Cierro los ojos y escucho. Con frecuencia lo que oigo es su voz. Caen mis lágrimas vanas.
¿Cuando vendrá este tren desquiciado?¿cuando comprenderé lo que dice?
Odio esta estación insoportable, odio al guardia que no deja de molestarme.
Ahí viene el tren, ya llega. La mujer sigue rondando las vías. Ya sé que no puedo decir nada más que este discurso patético. Nada más que escuchar. ¿Es él el que me mira desde la ventana del bar? Mejor subo, y ya. Pero ¡¡¡no!!! ¿¡esa mujer!? El guardia se distrae ahora retando a unos jóvenes que se están durmiendo en la estación. Se va a tirar...ya no me quedan dudas, creo que voy a detenerla.


Juja

Días de cadáver

En tu memoria,
porque creo que te sentiste así,
como yo alguna vez.
Días de cadáver
Los gusanos carcomen
Y el muerto nada hace
Sólo en el balcón del desvelo
Horas que son años
Días que son noches
Tierra entre más tierra
No hay lágrimas
Que la visión aclaren
Alma que deteriora el cuerpo
Ya nada siete el cadáver
Necesita la caricia
Que de la tumba lo arranque
Pero no se escuchan los pasos
El ausente no lo recuerda
Aunque alguna vez
Él mismo lo enterró.


Lau

sábado, 7 de abril de 2007

Barro en los pies

Si teñida de gris
me gusta la nube,
parece caerse.
Pero cuando blanca,
limpia,
insoportáblemente etérea,
imperecedera.
Muta tan lentamente
que nunca veo cuándo se va,
el minuto anterior a su desaparición.
Odio y desconcierto.
Ansiedad e impotencia.
Incapacidad de perturbación.
Prefiero al ave,
que también vuela,
pero luego se posa.
Se cansa de no tener sostén.
Sin apoyo la nube desaparece.
Sin suelo.
Sin barro entre los dedos.
¿"Libertad"?
Mentir para no ensuciarse.
Todo sostén nos marca,
nos mella,
nos aplasta,
nos cambia,
nos ensucia,
nos es.

Lau

martes, 20 de marzo de 2007

Relato inicial

Se abre la puerta.
J_ Que hacés che.
L_ Hola.
J_ No sabés lo que me pasó.
L_ ¿Qué?
J_ Me cagó una paloma y me miró, boluda.
L_ ¡No!, buenísimo, jajaj, muy bueno.
J_ Si te juro, me miraba la hija de puta.
L_ ¿Posta?
J_ No, posta no, bosta.
L_ En realidad, las palomas lo descubrieron antes que nosotros y nos cagan a propósito para darnos suerte. No la odies, ¡ámala, hermana!
J_ No para mí no, son resentidas ellas. Lo hacen por maldad.
L_ Puede que sí, porque ahora que lo pienso son aves destinadas a la ciudad y eso les revienta. Como el otro día que vimos que un par comían pollo. ¿O vos pensás que no lo sabían?
J_ ¿Que comían pollo? ¿Dónde era?
L_ Cuando salimos de una fiesta, no me acuerdo donde, esperando en la parada del bondi. Primero andaban por ahí viendo qué comer y vieron el pollo, y después entraron a sumarse cada vez más.
J_ Sí, fue re loco, palomas comiendo pollo. Es como que yo coma, no sé, un cacho de brazo de alguien o algo así.
L_ ¡Jajja!, además me dan mucha rabia las palomas: se hacen las civilizadas, viviendo en la ciudad, con sus trajecitos grises, ¡pero son re caníbales!
J_ ¡Palomas asesinas!, durísimo.
L_ ¡Hay que llamar a Ibarra para que saque a la paloma! ¡Ibarra no quiere sacar las palomas, las palomas no quieren salir de ahí! ¡Sal de ahí Paloma Herrero, sal de ahí de ese lugar!
J_ ¡Ah bueno!, ¡estás re limada!, No te metas con Aníbal, ¿eh?, jajaj. Aníbal copado está siempre fumado.
L_ ¿De quién era eso?
J_ ¿Te acordás de un programa que tenía ese chabón de Locos por el fútbol?
L_ !Ahaa, Matías Martin! ¡Ché! ¿Alguna vez hizo un buen programa de TV ese?
J_ Juaaaaaaa, no creo... pero la cosa es que ese tenía un programa a la noche. Una vez le hicieron un reportaje a Aníbal y le preguntaron si alguna vez había probado el porro y dijo que una vez.
Jaajajja.
L_ Jajaj, y si, está bien lo que dice, probó una vez, ¡¡la segunda y las que siguieron ya no son probar!!
J_ Juuuaaa. Che, bueh!, basta de hablar de boludeces, hablemos de algo serio.
L_ ¿Te parece?
J_ Y si, no sé, bah... ¿a vos?
L_ A mí no.
J_ Uhhuh, bueno te iba a contar... pero bueno no, dejá, si no querés no importa.
L_ UHH... chismes!, Iuupiiii... dale, dale, contá.
J_ No, no, chismes no, era algo mío, pero dejá, ya está.
L_ Cuántas vueltas, lanza la bola, chicooo.
J_ Mmmmm, no ahora ya fue, estás alegre, no te voy a amargar.
L_ Ah!, bueno pero si querés soy toda oídos.
J_ ¡Ufaa!, bueno, no sé si está bien mi cabeza últimamente, me está quedando verde el cerebro de tanto tomar mate.
L_ Bueno, dicen que en el 2300 aroximadamente va a ser tomado el último mate y que quién lo tome va a ser emperador del planeta tierra y sus planetas colonizados.
J_ Ahh!! Ahh!! Qué interesante... Está bien, yo te estoy hablando de mí y vos cualquiera, ta bien, igual que se yo, el día que se tome el último mate vamos a estar todos muy tristes supongo.
L_ Es posta!! ¡Lo leí en el suplemento "Sociedad" de Clarín!
J_ Pero si en tu casa compran Página. Mnmmm bolacera.
L_ Pero mi papá el Clarín.
J_ Ah, mm no sé, bueno, no quiero pensar en eso, "el último mate". En vez del último café, el último mate.
L_ Jajajja, igual, siguiendo este augurio, habría que fundar una secta: "Alto mate tomate"; guardar un poco de yerba y transmitirle a las próximas generaciones el mito para que sea un tataranieto nuestro el que sea empreador.
J_ ¡¡Jajaja, y daaaaaale!!
L_ En el futuro, tener yerba mate va a ser conspirar contra el gobierno y va a tener que ser todo secreto. Ya veo a los futuros jóvenes revolucionarios diciendo: No, no, me la pusieron!!
J_ Y juntando yerba en las casas, guardándose un poco encanutado para cuando van al parque, ¡¡una locuraaaa!!
L_ Que futuro funesto.
J_ Yo no me imagino la vida sin yerba, la vida sin mate.
L_ Por suerte ya no vamos a vivir para el 2300, pero... ¿Qué futuro le estaríamos dejando a nuestros hijos si no hay yerba?
J_ No, no da. No da tener hijos entonces, pobres pibes... salvo que les dejes los mates cebados como herencia, de última lo calientan.
L_ Entonces la solución es la secta, ¿no?
J_ Sí, no queda otra, ¿cuando nos juntamos?

Primera tabla.

Hermanos, la naturaleza nos habla, y lo hace a través del mate. Las Sagradas Escrituras dicen: "Quien el último mate tome, rey de reyes será". Sabemos que la omnipotencia del hombre está fulminando nuestro planeta ¿no seremos en extremo negligentes? Guardemos un poco de yerba cada día, para nosotros y para nuestros hijos, que bien merecida se la tendrán, porque nacerán puros y así podrán disfrutar de su pureza, de su amargura, de su tibieza, y aprender de ella su sabiduría.

Pruebas.

No cualquiera de nosotros, hermanos, puede ser parte de este movimiento. Se deben pasar las siguientes pruebas:
1 Mate Mix: El aspirante a ingresar deberá tomar unos mates preparados con una mezcla de yerbas de distintas marcas, desde Taragüí hasta CBsé saborizada con cascaritas de naranja, pasando por Cruz de Malta, Amanda, Nobleza Gaucha y Rosamonte especial (para los más chetitos).
2 Tragar el polvo:
El aspirante deberá pasar la difícil prueba de tomar unos mates de yerba hecha polvo, totalmente sin palo.
3 Mate frío:
También deberá tomarse un par de mates fríos sin denotar al día siguiente síntomas de cagadera (un congregacionista obrará de inspector y controlará sus heces).
4 Calentar la pava:
Se deberá calentar el agua cada vez que sea necesario sin llegar a hervirla.
5 Dulzura:
Por lo menos 10 de estos mates, en forma sucesiva deben ser endulzados con 10 cucharaditas de azúcar.
6 Matesoli:
El aspirante tendrá el alma pura y tan excelso corazón que hará frente a la tentación de no compartir algún mate (no tomar dos mates seguidos) y ser justo cuando ceba.
7 Aguante:
El aspirante, en total, tendrá que tomar tres litros de mate seguidos sin poder ir al baño (será vigilado).