domingo, 6 de mayo de 2007

Expectante.

Así llegó de esperar,
buscando el agua,
ahí se abría su manantial, y el rostro
paseaba pensándose húmedo.
Así amanecía entre las brazas,
y el canto de las olas
lo estremecía de ganas.
Ya no quiso fijarse
arqueado, pobre
almacenado más allá de las orillas,
supo que estaba solo,
que nadie, ni nada
vendría a darle techo.
Del sol sabía
de tardes, de intento,
de un indiferente
caminante al pasar.
De la luna sabía más,
de su aliento
tan luminoso y vigilante.
Pero de nada sabía más
que de esperar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero de nada sabía más
que de esperar.

Amo esta frase juli, la amo.

Besis