domingo, 6 de mayo de 2007



Tarabuco.

Si seguía el camino
Ya no sabíamos,
Dónde parar, por qué no seguirla.
Pendiente poblada de cuerpos cansados
Hablantes extraños.
Como decían aquellas voces
Nada decía, solo ellas
Tan dignas, y vivían
Caminando tanto.
Los colores del no muy lejano
Caer del sol, los cultivos verdes
Y el gris de la montaña.
Cuando todo parecía un poco triste
Incierto, irreal, dudoso,
Incapaz de no seguir
Pero de seguir también
A la mujer que solo nos invitaba.
Sonrisa irrepetible,
Inolvidable.
Camino largo y lleno de vida.
Si seguía el camino iba a un pueblo
A un pueblo seguro y olvidado,
A vidas que allí moraban, y perecían,
Con sus colores y todo
Con su dignidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amiga querida, nos debemos la vuelta! no te olvides d nuestra promesa!.... Cómo olvidar esa secuencia!? Creo que quedé más loca después de aquel día. Besoooooooo

Nahuel Zaldumbide dijo...

Juja, hermoso poema... la verdad no solo describe un lugar que minimamente conozco, sino que trae esa sensacion de olores,sabores y colores que son tan importantes para ver quienes son los verdaderos dueños de la tierra.
Un poco melancolico tambien, pero eso es buenisimo!!!
No conocia tus dotes como escritora, pero me encanta que este sea el modo de expresar esas miradas que nunca explicas algun sabado por la noche...