martes, 28 de agosto de 2007

Me voy.

Entre la penumbra
imagino que muero
y que alguien me viene a buscar
y me deleita la idea de pensarlo.
Imagino que sin fin dormiré
y abrigo el viento
con mi sopor mortal de fuego.
Entre la penumbra oigo pasos,
Me doy cuenta es a mí quién buscan.
Se hace silencio entonces
La hora llega.

Desplegada bestia.


A lo alto de las brazas se extiende el viento,
En inmunda revolución se arremolina,
Parece el cabello mío al despertarme
Y estrella brusco un cúmulo de aire en la mitad.

Como son de fuego frágil, llevadero,
Se hace melodías inmemorables
Como un son, un son conocido
Y canta sin parar y bella el alma.

Se ha aparecido un monstruo elevado,
Al menos como yo lo imaginaba
Y es triste, y moviliza el aire,
Allí arriba danza como una bestia.

La mitad de mi vida me arrebata,
Detesto el espécimen enmohecido,
Se hace cantos, brumas rotas,
Se quiebra de brisa y de llanto.

No sé del tacto de esta llama
Que en mi alma abisma, rojizo,
Una humareda que tapa el cielo
Y todo, todo lo oscurece.

A lo alto se escuda el lado gris,
Se hace sonar, se nutre. Se deshace
Justo de mi ser en la mitad,
Cae todo desde lo alto, y aúlla.

sábado, 18 de agosto de 2007

Y mis huesos.


Me he dejado los huesos en el puente,
Entreabro los ojos un minuto
Un minuto más largo que Dios.
¿O me ha dejado a mí a mi soporte?
He desecho vínculos con la vida,
he ofendido, a los troncos he molido.
Y no encuentro los huesos, no los hallo,
El puente está amurado y desierto.
Soy tan blanda ahora, qué cansancio,
Mi esqueleto anticuado ha partido.
Y entre los arterias de la ciudad ando
Ando revisando los rincones,
Los buzones, los cestos, los umbrales,
Las bolsas, los canteros, hasta los cables,
Las carteras, los baúles de los autos,
Las vidrieras, los carros, los vigilantes,
Los balcones tan altos como el sol,
Entre sus enrejados panoramas y plantas.
Los camiones, los andenes del subte,
Las vías, los puestos de grises diarios.
He indagado hasta en las comisarías
Si los han visto por los patrulleros.
Le he preguntado al señor de la cochera.
Pero no están, no están por ningún lado
Y desconozco quien pueda quererlos,
Unos huesos gastados, doloridos,
Incapaces de estar más que en mi pote.
Cuánto daría ahora por erguirme.
Aunque sea tan solo el esternón,
O el omóplato solo, las costillas,
O el tarso, el metatarso, al menos,
Que sin ellos soy ser de gelatina
Sin sostén a mi cordura, sin andamio.
Sin frontal, ni temporal, sin nada
Pobres migajas soy, sin vida,
He recorrido la ciudad entera y no hay
nadie que haya visto mis falanges.
Así que al fin me iré soñando,
Que ya ni mis órganos se sostienen.
Si sueño que en astrágalo piso,
Si sueño que la rótula tengo,
Serán los recuerdos de mi hombre vida,
Serán los despojos de mi andar terrestre.
Porque ahora partiré por el puente
Con extraño talante de la deformidad.



viernes, 10 de agosto de 2007

Adiós.

En la espera
De una agonía
Ya no son sustos,
Solo queda una larga espera.
Te vi agotada.
Acotada respiración que huye,
Desmayada en letargo
Como adormecida,
Como preparada,
Como un solitario hombre que espera el tren.
Pasan las horas,
Pasa un siglo
Y nada hay por hacer
Ni sé a que dios pedirle por tu alma,
Ni sé como tendrá el espacio
No sé como te recibirá,
No sé si no te dije adiós hace tiempo,
No sé si no me siento una ingrata,
Pasa el tiempo, sí que pasa
Y yo también me siento tan años.
Falta aire, falta corazón, faltan noches
En donde posarme calmada en las nubes
De un hermoso cielo.
Si no hay dioses que vengan a buscarte,

al menos espero, duerme en paz.

jueves, 9 de agosto de 2007

aún no entiendo la continuidad
y anhelo tener todo resuelto en partes
para tranquila respirar una de ellas
y asentir más segura que el ayer.
Y no entiendo que no pueda, tosca
Derribar el castillo, en el cual los ecos
De un rudo desquicio, causan pena.
Y se entrega este reverbero
A posarse en los ratos y las sombras.
Y no puedo alcanzar y no me alcanza.
Me traspasa el filo de la calle
El vecino odio, el tránsito embustero
Del día del que no entiendo la continuidad.
Aún no se comprender un ser vidrioso
Unas botellas que estallan fuera,
unas astillas clavadas en mi vientre.
Y anhelo tanto que todo esté a mi alcance
parte por parte, descifrado
Entre el frío rumor de los peatones
que mientras me parto caminan

sábado, 4 de agosto de 2007

Teclas.

Pálido teclado extenuante
No te aflijas ser de humo transparente
Te oprimo como el diablo al pobre hombre
Que pide piedad quieto.
En tu cuerpo, juegan mis manos
A que son de crear unas almas
A que están contentas, y manso
Te quedás mientras un rato ríen.
Te pulso ser de calma infinita
y como a un amante fiel te confieso
En la palidez de vos tuve
La claridad de la mañana.
Extraño ser de docilidad remota
De falsa clemencia, de voces
Me invado en la nocturna
Fiesta sin colores ni música.
No preocupes si por hoy te dejo
No te halles solo sin mi tacto.
Pálido ser hasta siempre
Ahora la noche me espera.