sábado, 8 de septiembre de 2007

Pobre material.

En el descanso de la noche sola
Donde me siento con ingenuidad
Mis huesos todos encadenados,
Apresados, enhiestos, apocados, se anudan
Y con un andar enjuto me marcho hacia a luna
A preguntar por qué mi espíritu se ha ido.
Parecen inocentes, enfermos, incapaces
De pensar que una luna revelara
Un misterio tan frágil y tan comprometido
Que no lo sabría ni el más sabio hombre.
¿Por qué solo soy tacto, por qué solo soy carne
Y un hedor funesto que trasfunda los días,
Y se funde a la noche, en sus cimientos,
Y se acapara largos infernales momentos?
¿Por qué tan solo vivo de refrescos y vino?
¿Por qué soy una piedra, por qué humo respiro?
¿Y por qué sin saberlo me fundí en el subsuelo
Como quién de la nada horadara la tierra?
Eso nadie lo sabe, ¿dónde está?, ¿quién lo tiene?
¿Quién posee de poder tamaña envergadura?
¿Qué espacio ocupa si ocupa, pobrecillo,
Un espíritu vagando por la bruma?
En estos huesos sostengo mi consuelo,
En estos los únicos sostenes en tiempos
Tan amargos y lisos, tan duros como el tronco,
En estos los cimientos de un cuerpo transparente,
De pavor desalmado, de piedra enmudecido
Desalmado, mediocre, repulsivo y dormido.

1 comentario:

amomp3 dijo...

intenso, me gusta, más los primeros 3/4s