domingo, 8 de junio de 2008

El mejor murmullo.

Cuando mi alma busca refugio
es en la insondable música,
como mirar hacia abajo de un precipicio

sin sentirlo y poder salir volando
mientras una nube me abraza
murmurándome.
Y cuando escuchando tan profundo
siento que he tocado el suelo,
sé lo que en absoluto creería saber,
sé muy bien la música que me integra,
que me dio certeza de lo bueno,
que me dio la libertad que no poseo
en los días tan grises, ¡tan iguales!
Y le digo que no me abandone,
le que digo que la gente no esté aprisionada
y que pueda ser atrevida y dichosa
y vuelo en esta melodía.
Cuando mi alma necesita lumbre
en los rincones del mundo la halla,
donde puede aplacar la oscuridad sin fin,
el jaleo sin fin de mis jornadas.
Donde puede entender que existe el amor
siempre para nosotros
y es allí dentro del concierto musical;
donde puede entender lo que vendrá
y la ciudad rota, reciclada mil veces
con sus almas odiosas y desesperadas
y los recuerdos asesinos que poco a poco
me van aniquilando.
Donde puedo entender las luces que de noche
vigilan la avenida y los autos apenados
como ángeles que por nuestra cabeza velan
y vuelo en esta melodía que danza
murmurándome, sólo murmurándome.

De nuevo.

Comienza con lo atractivo,
lo manifiesto, lo simple,
lo que está.
Lo que entiende la llama que se enciende
para despacio cocinar la verdura.
Comienza con la tarde,
con la mente clara.
Comienza a ver el centro,
las mañanas
y comienza a leer, leer poesías,
y borrar el descanso de las almas que huyen
y borrar el descenso a la oscuridad.
Comienza por comenzar,
en laberintos, en improbables,
comodidades de la dificultad.
Comienza comenzando funciones,
desatando delirios,
extraña.
Mañana mentirosa y viva, mañana
rodaré entre las hojas,
mañana despertaré en medio del verano.
Y comenzaré como día a día,
de nuevo.

Mi fosa.

Con paciencia escarbo entre la tierra,
saco las impurezas,
con un rastrillo barro las piedrillas
y junto con pala montones
que lejos arrojo con locura
y se va haciendo un pozo divertido.
Pacientemente le coloco moldes
que relleno de tierra y entusiasmada
los desmoldo a orillas de este pozo.
Formas que quedaron en la tierra
adornando esta fosa profunda,
me introduzco cuando es bastante grande
y de testigos mis estatuas de barro
me vigilan.
Antes bien debo acercar la tierra
y poco a poco voy echándomela encima,
con todo el cuerpo ya tapado
bajo mi cabeza terrosa,
también la cubro.
Siento la humedad de la tierra
en mi cuerpo desnudo,
me siento viva.

lunes, 2 de junio de 2008

Su poder.

Sí puede
desde debajo del pliegue del poema
decirme que está vivo.
Y no sé aún
que hay detrás de esos ojos
ni como mirarlo
como un desorientado explorador.
¿Servirá mi conocimiento de los seres?
Ser extraño, muy extraño,
sí puede.
Un ángel, un sagrado
animal representa el espacio,
toda una comunidad de ojos
me mira diciendo
que hoy despertaré en ellos.
Y si puede
sonreírme sin más,
ser libre, hacerme libre,
en la hierba acostaré mi cabeza,
como una bestia dormida entre los árboles.
¿Servirá el olvido y los sueños?
Ser frágil, ser sustento,
sí, yo creo que puede.