miércoles, 26 de diciembre de 2007

Mañana jujeña.

El cielo está cerca
entra a las cumbres
plenas de color.
Y lo alto es
como estar
tocándolo todo
y como llegar
a la cima del mundo.
No se sabe
qué misterios
sembraron en tantos
años desastrosos
los hombres de aquí.
Y parte de sus cuerpos
aún reside
para vigilar los sueños
de los que viven.
Un canto de campanas
de una iglesia,
y ruidos suaves
en una paz estrepitosa
me sacuden el alma.
Y la madrugada es magia,
dulzura, tierra,
la madrugada es pasado
pero lento,
y revive lo bueno
cuando cantan
al amanecer los pájaros
y comemos el pan.
Y se sabe que lo hermoso
está en este lugar.

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