viernes, 29 de febrero de 2008

A mano la motosierra

NO SIEMPRE HAY UNA MOTOSIERRA A MANO
CUANDO uno Mas LA NECESITA
ALGUNA VEZ USASTE UN CUCHILLO ELECTRICO ?
ENCABEZA LA LISTA DE INVENTOS DOMESTICOS ,
QUE NUNCA TRIUNFARON....
ESA ES LA VENTAJA DE LA RETAGUARDIA
LA VENTAJA DE no ser DE AVANZADA

EN ESA EPOCA DE MI VIDA ME TILDABAN ,
(SECRETAMENTE CLARO)
DE RETRAZADA
TECNOLOGIA DE PUNTA... NOS JUNTABAMOS FRENTE A LA MESADA
Y COMO SI FUERA UNA MESA DE OPERACIONES
LA NUNCACOJIDA HERMANA DE MI TIO
SACABA EL CUCHILLO ELECTRICO
Y COMO SI SE NECESITASE DE UNA HABILIDAD DESCOMUNAL PARA EJECUTAR EL ACTO
REBANABA CON TANTA IMPOSTURA EL MATAMBRE RELLENO FRIO
( QUE A MI SIEMPRE ME DIO ASQUITO)
DE PE A PA Y LOS LABIOS ,
ESA COSA FUCSIA RUGOSA E IMPRESISA,
LE TEMBLABA PERO POQUITO POQUITO

ES QUE VALORABAN DE SOBREMANERA
UN PLATO "BIEN" PRESENTADO
ELLOS...
NO NOSOTROS
NOSOTROS SIEMPRE FUIMOS FEOS
SI HUBIERA SABIDO DE LO UGLY
Y LO DE KOBAIN Y BROKEN MIRROWS
HUBIERA SIDO AUN MAS NOSOTROS
(O POR LO MENOS MAS TEMPRANAMENTE )
O QUIZA DESDE EL PRINCIPIO

PERO ESO ES LO QUE HACE LA GENTE DE AVANZADA

VISTE ? NO SIEMPRE HAY UNA MOTOSIERRA A MANO
CUANDO UNO MAS LA NECESITA
AUNQUE PUEDE SER QUE EN VERDAD
YO NO ACUSARA LA NECESIDAD DE LA MISMA
PERO ME CONFORMO CON SABER QUE TENIAMOS EL GLORIOSO MOLINILLO
Y AUNQUE MOLER EL CAFE A MANO ES UN ACTO DE FE Y EXTRAVAGANCIA
QUE HOY ME PERMITO
ESE BENDITO BOTON ROJO
SUPO DAR Y RECIBIR VIBRACIONES DE IMPOTENCIA Y ODIO
QUE MAS TARDE HIZO QUE FUERAMOS PUNKYS...

miércoles, 20 de febrero de 2008

Cordero a la venezolana (por América LaCIA)

U na pinza eléctrica descarga 110 voltios en la sien del animal durante unos cinco segundos, suficientes para que quede atontado aproximadamente cinco minutos. La descarga equivale más o menos a la mitad del voltaje que se recibiría si metiéramos los dedos en un enchufe. El matarife desangra el animal pinchándole el cuchillo en el cuello, al lado de la oreja.

P reparación: Sacar el hueso a las piernas de cordero de Dios, sin partirlas para conservar su líquido color negro. Quitar un poco más de carne de las piernas y picarla junto con un higo de la parábola (Lucas 22:29), y una salchicha Antonini Wilson y rehogarla en aceite real español. Sazonar con un poco de sal y añadir harina blanca (si la consigue boliviana, mejor), no sin antes olerla para probarla. Revolver y escopetar: lo que sobre dejarlo para las farcaeda. Agregar leche de arbushto y seguir removiendo hasta que esté espeso con la preciosa sangre del cordero, añadir un huevón (comprar en la ciudad y de paso visitar a Pantaleón y los perros), y seguir removiendo para que se quede bien mezclado y ya no se entienda nada.

Rellenar con esta masa las piernas, sazonar y reservar.

En una cazuela de barro grande, colocar algunos papanatas pelados y un perejil (preferentemente colombiano), con un poco de aceite real español y al fuego, colocar la carne y dorarla un poquito por ambos lados con cuidado de que no quede como cuero de zapatero.

Rociar con vino tinto. Cocer a fuego lento al horno. Servir en valija apropiada para la situación, acompañando con una medialuna de Santa Cruz.

jueves, 14 de febrero de 2008

Con el tiempo.

Tengo el placer de pronunciar y tengo
el placer de remediar las horas
que del tronco salen volando, desvistiendo
la tarde cargada de restos.
Más tarde será el tiempo que descifre
todo mi descubrimiento divino, todo
mi alejamiento de Dios.
Sostendré el saber que me regará el alma
que no supe, que no vi,
al que fui indiferente. Pero puedo hacerlo
y probar el gusto otro de los días
aunque sean de arroz.
Un toque de sabor especial.
Mas pensar y pensar ya lo he dejado,
he dejado todo el bollo de mis razonamientos,
de mis aclaraciones de mi conciencia enredada,
han quedado por allí. Por los lugares.
Allí quedo el amor también,
las esperanzas, y todo lo que he matado
y en todo lo que vanamente he creído.
No importa el contenido de estas palabras
solo que acaricien mi corazón cansado.
Mas ahora que encuentro la vida tan distinta,
ahora que mezclo todo lo que he vivido
que extraña la obtención de ella,
que extraños los recuerdos, sin desgaste
que me persiguen. Que allí también quiero dejarlos.
A punto de entender tantas cosas,
a punto de darme cuanta que nada entiendo,
¡Qué bella!, demasiado bella la montaña
para mí, que casi nada tengo a su lado.
Y remedio como puedo las horas
y las horas que pasan las habito,
pero ya no las pienso, ya no las intento entender.

El lugar mío no lo he encontrado
ni el sueño mayor se ha cumplido
ni pude decir lo mejor que pudiera decir,
queda aún mucho por hacer.

sábado, 9 de febrero de 2008

Caen...

Un átomo,
se me cae un párpado
desnudo.
Terrible distancia de los seres que amo.
Átomo solista,
abrasador, atolladero,
por el puente carretero
va sufriendo faltas,

pidiendo provisiones.
Una molécula,
se me cae la vida,
se me caen los nervios,
el camino hiriendo como las espinas,
las ruedas dolidas como las piedras duras.
Sé decirte cuánto cambiará
tu forma de hablar.
Sé decirte dónde exactamente
caerá mi átomo solitario.
Un electrón,
fogoso y erguido
dirá muchas palabras
maravillosas,
dirá todos los nombres,
uno a uno
que ama profundamente,
solo.
Que ama terriblemente
con su alma,
desnudo.

Pretensiones.

Cada día que pasa dentro mío
túneles de fuego se abren como volcanes
y dejo por donde pase rastros de lava
e imagino grandes y abismales distancias
que me separen de esta tierra infernal.
Cada día que pasa añoro la tranquilidad
del río, de las aves que pasan y vuelan
y son alas como cada día que respiro,
como cada día que tropiezo,
como el día que transcurre como el mar.
Precipitado, vertiginoso, indomable ser,
afuera la quietud, adentro explosiones
cada día que pasa dentro mío
y estimo que mi cuidado se máximo y tierno
de los seres que pasan a mi lado rodando.
Y de los que no pasan también, y siento

que ahí están en algún lugar.
Y cada día solo espero escuchar
montones de música embrigada y alegre,
montones de dulces melodías hermosas
que me acercan a la felicidad como el aire puro
que me brinda su voz en sincero consejo.
Cada día pretende ser un día bueno,
por la luz que baja el sol hasta mis pies

y simplemente lo veo aclararlos despacio
y lentos caminan entre sueños con insistencia.

Vano.

Que cara rara
poema tonto,
no me decís nada...
¡Como un absurdo!
Que espejo inmóvil
poema,
mi feroz alimento.
Anda rodando,
anda estrepitoso,
como un extraño, así,
poema ingenuo
siendo atrevido.
En tu canto repetido
cuando tu letra extrema
tu cansancio,
creés que sos algo.

lunes, 4 de febrero de 2008

Antro.

El antro se dispara hacia lo viejo,
allí dentro los despojos, lo húmedo,
los espejos que velan el tiempo transitado
y el andar resulto de los pasos de un hombre
que pasa y pasa hasta gastar los suelos.
Sus tremendos aullidos acorazan el techo,
se hacen ecos, se pueblan de presente,
esos otros que ve parecen torpes,
esos giros que da parecen muerte.
El fantasma del hombre se atraviesa
de muertes y de aires densos y siniestros.
El antro se va directo hacia lo eterno
cuando este hombre reza silencioso
y sus tremendas mejillas se endurecen
y todo el lugar mismo parece otro.
Y ese otro hombre puebla el antro,
es gracioso y amable, hombre pasado
que atraviesa su ser ensimismado en ruegos
de muertos y de ancestros, de pesares.
Antro negruzco, oscuro tubo,
pasa y no pasa el tiempo dentro tuyo.
Son dos los hombres que te pueblan
diferentes en tiempo y en mente.