miércoles, 27 de agosto de 2008

Luna.

En tanto la luna estrepitosa se asoma y habla
a las ventanas y cúpulas dormidas.
Sólo si saben del punto del delirio
de la noche ostentosa entenderán su llamado.
El junio de un color rosado estrecho
dice tanto y aparece tanto desnudo entre la gente.
Vocifera cuanto puede y aúlla como perro
que en la fría estación ve alejarse a su dueño.
Y a los miles de cuerpos dormidos halla.
En el canto enpenumbrado en el cielo,
en las almas que solo sueñan entre la nada,
en las luces más apagadas que una oscura tormenta,
en cada arriba edificado que tan poco observo,
en cada estrella luminosa donde dejo mi cuerpo,
en cada cual donde deposito mis huesos,
cielo habitado por mi triste esqueleto,
que vigila el sueño corriente del letargo.
En tanto se asoma una luna llena brillante
y atraída por la tierra intenta despertarlos.
Quizá los restos hallarán su destino
mejor que el cielo las suaves arenillas y el polvo seco.
En tanto rodaré entre la noche quebrada, repartida
entre los astros como un pequeño revuelo
que azote el espacio lunar con su osamenta.

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