miércoles, 16 de julio de 2008

En la madrugada.

Por creer en algunos episodios,
por sentarme tranquila en delirios,
así estoy, solo decepcionada
y vago en abismales y bruscos
y ojerosos círculos y caigo.
Por creerme esos versos que escribo
que una cruda tormenta crearon
el corazón maltrecho se estrelló
y hasta aniquilarme pensó herido.
A veces celebro la mañana
al irme a dormir muerta la noche,
empieza el día y soñándolo
caigo y me arrebata que no estoy.
Parece que sí, durmientes, sabios
son los amantes de las noches,
mi vida es noche, noche, noche
y grandes despilfarros de palabras.
La noche arrasa el tiempo de silencio
y no recuerdo de dónde viene el viento
y me vuela el alma y el sueño no existe,
noche mucha, larga, de los años.
La noche me mira eterna y aúlla.
Vería horizontes que se desdibujan
que son líneas hirientes del cielo,
donde no hay, el hondo abismo abierto luminoso
del paisaje, que inunde mis sentidos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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lau