miércoles, 16 de enero de 2008

A Paqui.

Fuerza para sostener el silencio
cuando te miro y no sé más que hacer.
Fuerza por lo que integras,
intento moverte, alma.
Y entera, en barro, está quieta.
Vos que sí eras la más vida.
Te veo en todos los años
habitante de esta siempre casa,
habitante siempre serás
como el polvo que estará en los rincones.
Con mi hoy, alma gris, sé
que tu aliento me sale del lenguaje
y este peso que siento no puedo decírtelo,
no puedo decirte simplemente adiós.
Sé que la fuerza está dentro tuyo
y cuánto que cuesta salir
de entre mis dedos, fuerza entera.
¡Al cielo!, cariño, ¡al cielo!
Como en tus ojos todo dulces
que tantas veces fueron mi sostén.
Sé que la muerte se lleva todo
menos lo que me queda dentro mío,
fuerza con la que me sostengo,
vida perra, rostros despidiendo,
fuerza para no desbordarnos
y si me quedan tus orejas sedosas,
me quedan tus besos, en mí,
me queda todo tu cuerpo entero,
dentro de mi fuerza que pesa,
dentro,
de mi hoy, alma, que mucho pesa.

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