miércoles, 9 de enero de 2008

El reloj.

Me acaba de asustar la media hora,
el péndulo que canta todavía
descoloca las cosas de su sitio
sentencia las horas ajustada cuerda.
Su imponencia un poco me da miedo
su ruido permanente es alocado
pero hermoso, enigmático, oscuro,
es el tiempo, es el paso de los años.
Un péndulo que calmo canta aún
y descoloca las cosas de su sitio.
Me acaba de sobresaltar ese reloj
pero cuanto lo quiero y respeto.
Misterioso refugio de las horas que corren
es como una caja medidora de todo
y la antigüedad, la vigilancia.
Y temo de su color antiguo y pardo.
Y temo de sus romanos números.
Un péndulo que canta todavía
y descoloca las cosas de su sitio.

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