lunes, 10 de enero de 2011

Negro

Cielo negro,
amargura de las nubes manchadas, truenos que se sienten
vibrar dentro mientras todo retumba.
El cielo está por desplegar esa fiesta de agua, esa canción,
aquí donde lo oigo desmoronarse.
Miro esas torres enclenques
y espero que al fin se desate la tormenta.
Aquí se desata como muchas cosas más,
como la casi partida, el próximo contacto con la calle,
y desde lo alto caerán esas gotas que dejarán a mi alma húmeda.
Un escalofrío me recorre este cuerpo ansioso de diluvio,
cielo negro, un negro de muerte,
que traspasa las vías, tan despreocupadas.
Entre los peldaños ella asoma, allí arriba vive,
sabe quién llega y a que hora llega,
se prepara mientras cocinando en su gigantesca olla.
Sus ojos recorren el humo que emana, hacia el cielo
cubierto de un manto oscuro, todo lo cubre ese manto
menos el fondo de mi corazón.
Cielo negro lleno de mugre,
amargura del aire, relámpagos que parten,
cielo de pelusas que la escoba barre.

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