sábado, 27 de septiembre de 2008

Un mal sentimiento.

Odio
Enorme odio asesino.
Arriba a mí con la ira de un oscuro día
con la sequía de un alma explosiva
y de mis ojos sale el fuego infernal
y por odiarte es que en mí lo malo se desata.
Un monstruo sale, baja del techo,
entre sus manos se puede ver brilloso,
un filo, tambaleante fulgor,
con que dará brumosa cuchillada
justo dentro tu inmundo cuerpo.

Enorme odio tirano,
que de manto abrigo cubre mi cama
no es más que un inútil sentimiento de adversidad.
Escarbo entre las paredes,
y tanto rencor mísero arrincono.
Tanto acumulado en el vientre,
vano odio me prepara mi cómodo lugar en rojos infiernos.
Correspondiente sitio, legítima lección,
Justa para mí, desquiciada.


Esta enormidad negra,
me hace saber que mi alma solo descansará
después de la venganza.
Vano odio, mas… ¡odiado, anhelo
tanto tu sangre!


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