miércoles, 7 de mayo de 2008

Un mar de incoherencias.

Hace, es cierto, hace tanto que existo,
me pierdo entre las épocas más viejas de la historia.
Y es irremediable el refugio en lo sólido
y el experimento en lo concreto y la sangre,
dispuesta siempre a salir.
Ya sé del rincón de las aguas donde bailan los caracoles,
es sólo eso lo necesario cuando en la tarde,
aspiro el aire de lo insoportable,
revivo las situaciones más absurdas, y soy a la vez
cómplice de la misma mentira entre los días,
que me dicen los que me dirigen sin confesarlo
que me dicen los que están decidiendo por mí.
Es cierto hace tanto que he pasado por ese camino
y hace tanto que escucho las voces mediáticas y la indignación
y hace tanto la creciente del mar crece cada vez más.
Pero como los caracoles voy, y a tientas
lentamente como una gota se desliza por el espejo.
Ese espejo que esconde la silueta danzante.
Lentamente se desprende de todo desprecio, y en su caparazón
guarda el valor, para enfrentar la marea.

Lentamente se arrastra.
Nadie va a darle una mano, nadie lo escucha.
Hace las burbujas en la orilla, mueve las antenas,
lo veo desplazado en la arena, lo veo como un escarabajo
al lado de un árbol gigante, subiendo a las piedras,
esas piedras enormes que dan un poco de miedo.
Aspiro el humo, todo humo de la tarde.
En el nombre de los revolucionarios distingo la apariencia
y las prácticas más incoherentes que existen,
se arrastran entre las rocas también a mi encuentro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

vamos todavia! postee más!! no me escribe, la chica!
Beso grandeeeee
Lau