domingo, 8 de junio de 2008

El mejor murmullo.

Cuando mi alma busca refugio
es en la insondable música,
como mirar hacia abajo de un precipicio

sin sentirlo y poder salir volando
mientras una nube me abraza
murmurándome.
Y cuando escuchando tan profundo
siento que he tocado el suelo,
sé lo que en absoluto creería saber,
sé muy bien la música que me integra,
que me dio certeza de lo bueno,
que me dio la libertad que no poseo
en los días tan grises, ¡tan iguales!
Y le digo que no me abandone,
le que digo que la gente no esté aprisionada
y que pueda ser atrevida y dichosa
y vuelo en esta melodía.
Cuando mi alma necesita lumbre
en los rincones del mundo la halla,
donde puede aplacar la oscuridad sin fin,
el jaleo sin fin de mis jornadas.
Donde puede entender que existe el amor
siempre para nosotros
y es allí dentro del concierto musical;
donde puede entender lo que vendrá
y la ciudad rota, reciclada mil veces
con sus almas odiosas y desesperadas
y los recuerdos asesinos que poco a poco
me van aniquilando.
Donde puedo entender las luces que de noche
vigilan la avenida y los autos apenados
como ángeles que por nuestra cabeza velan
y vuelo en esta melodía que danza
murmurándome, sólo murmurándome.

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